Disco del mes. "Neon Bible", de Arcade Fire
¿Es Arcade Fire el grupo del momento? Probablemente, y más si el silencio de Radiohead se sigue prolongando. "Funeral" puso el listón lo suficientemente alto como para que la espera de su sucesor viniese cargada de miedo. ¿Sería lo bastante bueno como para mantenerse al nivel? Tras recibir y escuchar con avidez la copia promocional de adelanto, ya tengo la respuesta: sí.
Hay dos diferencias fundamentales entre "Funeral" y "Neon Bible". La primera, que los canadienses ya van descaradamente a por todas, sin complejos. Grabando en una iglesia de Montreal, con un órgano de tubos y grandilocuentes orquestaciones arregladas de nuevo por Owen Pallett (Final Fantasy), no tienen ya ningún disimulo ni miedo a la épica y a la construcción de himnos: más fuerte, más grande, más alto. La segunda, el cambio de lo particular a lo general. Si su obra anterior giraba en torno a asuntos de corte personal de los miembros de la banda, éste mira hacia afuera.
De hecho, puedo decir y digo que "Neon Bible" es, hasta ahora, el disco definitivo sobre el turbulento estado del mundo en el siglo XXI. Con una perspectiva poco obvia, similar a la de los Radiohead de "Hail To The Thief", se carga de textos inquietantes, frágiles o furiosos, que reflexionan sobre nuestro lugar en este universo en llamas y lo cargan de fuerza y emoción.
"Espejo negro, espejo negro/ muéstrame dónde van a caer las bombas", gritan en el estribillo de "Black Mirror", el deslumbrante primer tema que ya indica por dónde va el camino. Sin complacencias, esa biblia de Neón alterna las voces de Win y Régine (a veces como susurro de la conciencia, a veces en forma de coros fantasmales), inglés con algunas líneas en francés, descripciones de pesadillas cuya intensidad se desboca en crescendos a traición.
"No hay mucha opción de sobrevivir/ si la Biblia de Neón dice la verdad". La sociedad del espectáculo. Apocalípsis catódico y profetas intentando venderte la última posibilidad de salvación. The Arcade Fire se cuestionan todo lo relativo al sentido de la religión al tiempo que son conscientes de que necesitamos, más que nunca, un asidero espiritual que evite nuestro caos, la autodestrucción, el derrumbe total. "Puedo notar el miedo". "Cantando 'aleluya' con el miedo en tu corazón".
¿Temazos? Todos, pero sobre todo el 1, "Black Mirror"; el 2, "Keep The Car Running"; el 4, "Intervention", el 7, "The Well And The Lighthouse" (su melodía pop más acelerada y pegadiza) y la regrabación de "No Cars Go", el himno de su primer EP que ahora retoman con mayor poder bombástico y sitúan como corte 10, penúltimo, al igual que "Rebellion (Lies)" en el anterior, y con una función muy similar. Es el himno de esperanza, la canción que te hace cantar a gritos con el puño en alto: "We know a place no spaceships go/ we know a place where no subs go/ No cars go!/ No cars go!/ Where we know/ Us kids know/ No cars go!/ Between the click of the light/ and the start of the dream".
Como cantaba Bono, "dream out loud". Esto hacen sus mejores discípulos pese a la desesperación subyacente en sus canciones. Ojo también al corte 8, la casi rockabilly "(Antichrist Television Blues)": la mejor letra de su carrera y la canción que habría matado por escribir el Springsteen de "The Rising". En cambio, "Windowsill" parece un tributo más o menos claro a "Maggie's Farm" de Dylan, con líneas que serán tan comentadas como "I don't wanna live in America no more" o "MTV, what have you done to me?/ Save my soul/ Set me free".
Ya unos clásicos de los que seguiremos informando. Mañana tendré el enorme privilegio de presenciar su concierto en Londres y, al día siguiente, entrevistarlos.
Canción del día: "No Cars Go" (Arcade Fire)
Frase del día: "Yo no me considero una persona frívola o un cotilla" (Enrique del Pozo)