martes, mayo 21, 2013

Entrevista a Alan Sparhawk (Low). Las escenas eliminadas.


Como complemento a esta entrevista que se publicó recientemente en el Metrópoli, voy a añadir las partes que se quedaron fuera de una conversación que dio bastante de sí. La entrevista, por cierto, venía a cuento de los recientes conciertos que Low ofrecieron en España y, tras poder haberlos visto en Madrid y Valladolid, hay que certificar que se encuentran en uno de sus mejores momentos de forma. Vamos allá.

En vuestras letras convive una sensación de misterio y desazón, de espiritualidad y violencia. Supongo que no te gustará explicarlas mucho pero, ¿son una catarsis, una forma de ordenar los pensamientos, de confrontar o crear sentimientos en el oyente?
Creo que escribir canciones aporta a tu mente una forma de darle sentido a las cosas que no lo tienen. Normalmente no hay respuestas, la historia nunca está completa. A veces simplemente es un momento en el que te das cuenta de que hay un problema y lo ves todo claramente, lo sientes o lo reconoces. Las canciones nos abren puertas para explicar esas cosas. Es difícil a veces admitir que estás escribiendo sobre temas que surgen alrededor de ti. Nunca lo hago intencionadamente en plan: “Voy a escribir sobre esto que me ha pasado”, nunca es así. Casi todo es muy aleatorio y otras sale todo muy directo. Para mí la mejor música es la que deja su propio espacio. Escribir una canción te permite la licencia de no finalizar la historia. 

Son como sueños, se podría decir... 
Sí, realmente es una buena comparación. No puedes controlar lo que está sucediendo en ellos.


¿Jeff Tweedy era fan vuestro
Sí, compartimos varias giras con Wilco, y con Jeff he tenido cierta relación, hemos salido a correr varias veces. Nos conocíamos, yo confiaba en él y ha entrado muy rápidamente en nuestro mundo. Es bastante tranquilo, genuino y respetuoso con lo que hacemos y nos ha ayudado a sonar lo mejor posible. 

Tu trayectoria paralela con Retribution Gospel Choir  ¿ha ayudado a mantener a Low vivos? 
Sí, eso creo. Te da perspectiva, el tocar con otra gente siempre me retrotrae a lo que hago con Low. Recientemente hemos hecho un disco muy esotérico con sólo dos canciones. Creo que gracias a eso he sido un poco más capaz de mantener el control y hacer un álbum tan intimista y tranquilo. Al intentar otras cosas más de improvisar y bailar es una experiencia diferente que en gran manera ha influido nuestros últimos dos discos.


Tocáis Mucho en España últimamente... 
Es uno de los lugares donde mejores fans tenemos. En realidad antes hacíamos como 100 conciertos al año, ahora no más de 60 ó 70. Venimos a España no sé si porque hay más demanda o porque los promotores siempre nos llaman. 

Aún recuerdo conciertos bastante descontextualizados, como el que ofrecisteis en Las Ventas como teloneros de Radiohead, en 2003. 
Fue fascinante toda la gira con esos tíos. El público en general fue muy amable con nosotros, nadie nos odiaba. En Europa la gente ama la música e intenta disfrutar de toda la noche. 

¿Vuestra música es más valorada aquí que en EE UU? 
Sí, Inglaterra, Holanda, Escandinavia…. Tocamos en sitios más grandes en Inglaterra y España. Aquí se nos ve como una banda y eso ya nos legitima. En America el rock and roll todavía es una especie de broma, algo que se hace por y para los chavales, y también está más comercializado, pero no se le considera como arte. En Europa es parte de la vida real y está bien que eso te apasione. En América siempre que se habla de nosotros en la prensa lo primero que dicen es que somos esa banda de mormones, o esos rockeros indies que viven en un bosque. Es una diferencia muy sutil pero creo que se le puede aplicar a muchos grupos. Estamos muy fuera de la norma aceptada.  

Aquí tenemos un dicho al respecto: "Nadie es profeta en su tierra".
Allí le ha pasado a mucha gente. Es como una epidemia, hay una larga historia con músicos de jazz, por ejemplo. O como le sucedió a Nina Simone, que una vez que salió de su país la percepción era mucho más fidedigna y encajaban mejor. Es una cuestión interesante. Me siento parte de ello. 

Una curiosidad tonta. Teniendo en cuenta que ambos nacisteis en la misma localidad (Duluth, Minnesota), ¿has llegado a conocer en persona a Bob Dylan?
No, pero una vez trabajé en el backstage en un concierto que él hizo, una gira compartida con Paul Simon. Yo era conductor, llevé a Paul Simon y hablé con él un rato, pero Bob Dylan tenía a su propio chófer, apareció de repente en el escenario, tras el concierto desapareció y nadie le volvió a ver más. Nadie habla con Dylan. 

¿Qué percepción hay de él en Duluth? 
Donde vivimos, claramente él es lo más, una especie de héroe, la persona más famosa que ha salido de aquí. Hay toda una cultura local al respecto. Para mí es una inspiración, un ejemplo de alguien que ha estado ahí muchos años y sigue. Hay muchos músicos viejos que se han convertido en una especie de chiste y que se avergüenzan de sí mismos. No todo el mundo lo puede hacer como Dylan, Neil Young o PJ Harvey. 

¿Qué piensan vuestros hijos de la música que hacéis? 
Les gusta, sobre todo el álbum “Christmas”, se lo ponen a veces. Al chico le gusta mucho la música pop, y la niña toca canciones en el piano. Probablemente entienda y aprecie lo que hacemos más de lo que le gusta.