lunes, febrero 28, 2005

Cuando fuimos estrellas

Este sábado se ha celebrado una nueva edición del Minifestival Pop de Barcelona, una iniciativa que mis amigos Xavi y Carles llevan desarrollando dese hace once años o algo así. Yo he ido a unos cuantos. El primero creo que fue en el 97, acompañando a nuestro amigo Gonzalo desde Ourense y que había tocado con su efímero proyecto The Goodbyes (gran nombre) en la ya desaparecida y minúscula Sala Magic. Alias Galor hicieron versiones de Echo & The Bunnymen y Joy Division y luego yo les hice una entrevista caótica para "El Vómito de las Ninfas", y finalmente Cabeza Borradora me habían hecho gracia con una actitud macarra muy Madchester. El cantante todo el rato diciendo "what's happening in the area. Visca Catalunya, visca Euskadi, puto Madrid" (acababan de ser derrotados en el concurso de maquetas del Maravillas de forma un tanto fraudulenta, decían ellos). Javi Feedback y yo aprovechamos el viaje para ir a un concierto de Blur en plena escalada del grupo. Es el mejor concierto que vi de ellos y, por cierto, los teloneros eran unos tales Jonathan Fire Eater, actualmente los muy recomendables The Walkmen.
En el 2000 Xavi llevó a Dar Ful Ful a la sala Apolo, creo que en el primer concierto que vi de ellos. Xavi Font me llevó a dormir a casa de un colega suyo ex componente de Loopside, me recuerdo ahí tirao, Marco también por ahí, una fan o algo así que no tenía donde quedarse... También recuerdo que tocaron Gasca (un muy buen grupo hoy olvidado) y Polak, ex componentes de aquellos shoegazers llamados Adorable y que hacían honor a su nombre. Hice un poco de cicerone con ellos atravesando el raval para llevarlos al hotel, lo que recuerdo como una experiencia curiosa. Como un año después lo que hice fue de mecenas de Raúl, un ex fotógrafo de Diario 16 de quien llevé fotos de conciertos para exponer. El festi era en una especie de centro social oficial llamado La Báscula y lo más interesante fue la presencia de Sing Sing, el grupo de Emma, la morena de Lush.
Pero la más impactante de todas fue la edición del año pasado. AlterEgo Soundsystem fuimos a cerrar las dos noches como pinchas (o dj's en el caso de Álvaro) en la que ha sido la experiencia más rockstar de nuestra vida. Fuimos en furgona alquilada con fans acompañando (Marta, Rosana y Pepa, incondicionales donde las haya), luego en BCN se unieron Mireia y grupo y, bueno, fue un viaje total. Para el recuerdo, compartimos camerino con la ex Elastica Donna Matthews, que venía con su nuevo grupo, Klang; y sobre todo aquel momento en el que esperábamos entre bastidores a que los Trash Can Sinatras decidieran el bis antes de salir nosotros a continuación. Ese momento de adrenalina en los pasillos, el cruzarnos con ellos y que nos desearan suerte y a continuación subir al escenario fue realmente fabuloso. La pinchada fue mejor la del viernes, en realidad, porque el sábado salimos con mogollón de retraso y al final nos cortaron el sonido como a los 20 minutos por decisión del personal de la sala, que quería irse a dormir. Pero al público le moló, ¿eh? Eso que conste. Luego nos dedicamos a buscar un after inexistente en el extrarradio (eso mejor lo olvidamos). La noche anterior en Razzmatazz había sido atómica, pero no se pudo repetir. Otro de mis recuerdos es el de quedarme embobado mientras veía nevar en la ventana de la casa de Mireia, y el viaje de vuelta con el paisaje enblanquecido y los copos cayendo mientras escuchábamos en silencio a Edison Woods.
Este año no he ido pero les recomendé a Garzón. A cambio me fui a Coruña. Volvió a nevar, pero esta vez el paisaje lo vi desde el coche de Tanis y lo que escuchamos fueron otras cosas dignas de contar en futuras entradas (hay pista en próximas líneas). Esta vez fuimos a ver a Apenino, un concierto en Mardi Gras que gustó bastante. Marco me sigue sorprendiendo por su falta de pudor y esa actitud tan contracorriente de ser él mismo. Si tuviese que elegir un momento me quedaría con "Moonriver y yo", en la que Ana y Amelia hicieron unos coros Trembling Blue Stars total. A partir de ahí, todo p'arriba, con Rosita y los Koalos llenándome de felicidad (ver www.fotolog.net/sincontrol). Vuelta en autobús y más nieve entre la oscuridad. Por cierto, los Alter Ego que van al Primavera Sound no somos nosotros. Quizás deberíamos cambiarnos el nombre.

Canción del día: "Yo soy la niña de todas las niñas" (Violeta Gómez)

Frase del día: "Sólo para usos menores" (letrero en el interior de los WC de los autocares Alsa)

Famosos avistados: Óscar Ladoire (calle Reyes)
La presentadora del programa "Galerías" de Telecoruña (Paseo Marítimo A Coruña)

jueves, febrero 24, 2005

Peluquería Vallejo

La descubrí por casualidad cuando vivía en Lavapiés y desde entonces he seguido yendo, quizás por la fuerza de la costumbre. Está en Antón Martín, enfrente de la Filmoteca, y tiene ese aspecto "enxebre" de peluquería de caballeros de toda la vida. Está a punto de cumplir un siglo de vida y ha sido pasada de padres a hijos desde su apertura en 1906. También ha sido objeto de bastantes postales de Madrid. Pero no, no voy a soltar esa diatriba de anecdotarios y personajes carismáticos con la que nos suelen obsequiar los columnistas o los cantautores cuando tratan de reivindicar un sitio así. A mí simplemente me da una sensación de comodidad y familiaridad que me resulta difícil de encontrar en Madrid, y esos diálogos de besugos con los peluqueros que mezclan la conversación de ascensor con la sabiduría popular. Hoy mismo, con uno de ellos: "Pues yo no fui a votar porque no me gustaba ninguna de las dos opciones. Al final manda la OTAN y el americano no es bueno tenerlo como amigo, pero como enemigo es muy cabrón. Mira el Zapatero: no se levantó cuando desfilaron y ahora eso nos está costando dinero, pero es que si te haces amigo de él mala cosa también:empiezas dándole la mano y se termina acostando con tu mujer".
Hay unos cuantos sitios en Madrid que me hacen recordar inmediatamente los mundos de Berlanga o Fernando Fernán-Gómez. Y me tienen un extraño encanto que me resulta difícil de explicar. Una amiga me dice que Madrid es una ciudad sin personalidad, sin una identidad propia, y generalmente le doy la razón. Creo que la capital sólo mantiene unas señas propias en estos negocios que resisten contra viento y marea y en los que puedes ver algo de historia detrás.
Siempre me ha llamado la atención, por cierto, que muchas de esas peluquerías antiguas se hayan reconvertido luego en bares o sitios así, conservando parte de su decorado original: creo que generalmente eso revaloriza los negocios que se crean después. Me gusta, por ejemplo, un garito de Malasaña, el "Freaks", que por fuera mantiene las señas de una antigua huevería. Escuchar a los Ramones ahí es una experiencia sólo comparable a comer unas chuletillas de cordero en El Comunista, pero eso ya es otra historia que queda para otro día.

Canción del día: Where Does All The Money Go (East River Pipe)
Frase del día: "Antes de ir al plató me tomo siempre un café con leche en el camerino" (titular de la entrevista a Emma García en el diario "Qué")

miércoles, febrero 23, 2005

Underground

Ahora que el pensamiento oficial dice que la música se está muriendo por culpa de la gente que en vez de gastarse 15 euros por un disco de Alejandro Sanz prefiere buscar medidas alternativas, casi me acabao creyendo que se ha muerto hasta la música callejera o la del metro. La culpa de pensar eso es mía porque desde que vivo en el centro el metro no lo piso mucho, la verdad. El caso es que yo, que soy tan así, también me había formado una opinión alternativa contra eso: culpaba de la desaparición de los músicos subterráneos a 1) la estandarización de la fórmula ecuatoriana, que ha aburrido al público y ha dejado de hacer que eso sea "rentable", y 2) la generalización de la amplificación, que en vez de alegrar la mañana a la gente que va a currar, le da un dolor de cabeza extra. Pues bien: ayer se subió al metro un tipo con una guitarra, hizo una briosa versión del clásico "Shake Rock'n Roll" y luego le cambió la letra cantando cosas en plan "la invitaré a cenar/ la llevaré a bailar/ si ustedes me dan una pequeñita ayuda". Me dieron ganas de darle un abrazo. Se notaba que el hombre estaba poco puesto en estas lides: llevaba sólo una pequeña tacita para recaudar, no un sombrero o un bolsón como los grandes profesionales del "busking". Se fue rápido al llegar a la estación, yo le tiré mis monedas apresuradamente y sonriendo, pero una rebotó y cayó al suelo.Me dio tiempo de recogerla y volvérsela a tirar, me dio las gracias y salió corriendo diciendo "gracias, tío, es que he quedado con mi novia"!. Muy Frank Capra todo, pero realmente auténtico. Lo mejor del tipo es que, con un poco de picaresca, parecía subvertir con su canción el espíritu del rock clásico pero en realidad le estaba haciendo recuperar todo su valor original: yo te vendo mis ilusiones y tú me das dinero. No está mal ahora que la corriente hegemónica en el rock parece ser la de "yo te cuento mis penas y si no te interesan te jodes pero no te olvides de pagarme".
Esta mañana se subió un músico amplificado. Bases de pararapachim a toda hostia, y el tío, con aspecto triste, cantando por el micro en plan crooner e idioma ininteligible sin que le llegara la voz. El vagón estaba medio vació y nadie se inmutó. Ni puto caso, vamos. Muy Aki Kaurismaki.

Libertad para los blogueros (y para todos) en Irán

22 de febrero. Día para pedir la libertad de Mojtaba y de Arash, dos bloggers que han sido perseguidos por las autoridades de Irán por defender sus ideas a través de Internet.
Libertad para ellos y para todos.
Solicita la libertad de los blogueros con una carta a la Embajada de Irán en España. Calle Jerez, 5. 28071 Madrid.
Committee to Protect Bloggers | Free Arash and Mojtaba

Canción del día: "Snow In Summer" (The Cure)
Frase del día: "Incluso el artista tiene derecho a ganar dinero" (Somerset Maugham)

martes, febrero 22, 2005

Madrid Plof

Hoy era la primera jornada de liquidación en Madrid Rock. La mítica macrotienda de discos cierra, no por culpa de la piratería, como están diciendo los medios de comunicación, sino porque una empresa textil gallega les ha hecho una jugosa oferta para comprar su inmueble. Pese a lo que se nos hace creer con frecuencia, ninguna empresa por pequeño tufillo de "auténtica" que tenga, está para promover la cultura ni hacer ningún tipo de favor a la gente, sino para enriquecerse del modo más fácil posible. Es mentira que Madrid Rock diese pérdidas (siempre veía gente haciendo cola para las cajas), aunque quizás sus dueños no ganasen tanto dinero como hace unos años.
Además de engañoso templo de la autenticidad para el aficionado madrileño a la música (frente a la asepsia mercantil camuflada de buen rollito de la FNAC, esto es: como la diferencia entre un bar de tapas y un Starbucks) era un lugar de quedada inmejorable en una zona estratégica.
El primer recuerdo que tengo de Madrid Rock es del año 92, creo. Venía de Coruña en una excursión de la Facul y nos metimos ahí en pandilla. Recuerdo que mi amigo Luis buscaba el Safari EP de las Breeders y, jejeje, al final tengo la impresión de que se había comprado algo de Las Novias. Manoliño, todo un personaje (sacristán en Xanceda, Mesía y militante del Bloque, iba a clase siempre con una chupa vaquera y cosida la lengua de los Rolling pintado por encima "em galego"), en ese momento estaba obsesionado con un grupo llamado Badana, unos tipos de Alicante que hacían... llamémosle rock urbano. Él era el presidente de su club de fans a nivel mundial, pero a la hora de la verdad -y como todo en su vida- casi hacía de mánager, les movía bolos y tal. Los conoció, de hecho, en el festival rock de Cerceda y allí se hizo fan. Pues bien, recuerdo al gran Manolo buceando entre las cubetas de vinilos (entonces era todavía el formato hegemónico) para ver cuántos discos había de Badana. En un momento que tenía al lado a un chavalito de greñas empezó a hablar con él, "¿conoces a Badana?" y tal. En cuanto Manolo le dijo que conocía a Rosendo (en realidad creo que sólo habló con él una vez en el camerino tras un concierto en algún lugar de Galicia) el pibe empezó a llamar a sus colegas como si estuviese con una celebridad : "¡Eh, eh, este tío conoce a Rosendo!". Se hizo socio del club de fans de Badana y se compró el disco.
Volviendo a la realidad. Las colas para comprar discos en la liquidación (30 % de descuento máximo, no era tanta ganga) eran increíbles, la media de espera para pagar era como de dos horas. L@s emplead@s estaban que trinaban porque, al parecer, la liquidación es ilegal y aún no se han negociado los despidos. Como siempre, pagan los mismos. Yo, en la perspectiva de mi colega Víctor, soy un conservador: me compré clásicos de Radiohead, PJ Harvey, Velvet Underground, Veneno, Parálisis Permanente y Ramones que no tenía en CD. Luego me sentí culpable de haberle seguido el juego a los jerifaltes de Madrid Rock y no haber hecho boicot. El consumo nunca nos hará libres, pero hemos caído una vez más. Siempre ganan los mismos.

Canción del día: "Busco algo barato" (Mecano)
Frase del día: "Como te meta la polla entre los dientes te va a parecer que tienes a Nelson Mandela acurrucao" (Faemino en su última actuación en Galileo)
Famosos avistados: Juan Aguirre (Amaral) en las oficinas de EMI.

A la mierda todo

¿Por qué? Porque sí. Se supone que esto lo hace la gente para ir de guay, estar a la última, porque-hay-que-hacerlo o por excesos desmedidos de ego o búsqueda de atención/aprobación. No es mi caso, porque los que me conocen saben que continuamente estoy perdiendo mi eje. Sí, qué pasa. Queda inaugurado este blogo porque sí y porque no hay más razones que la casualidad. Al igual que otras decisiones más o menos importantes (estudiar periodismo, conocer a X, empezar a comer kiwis) todo es producto de estupideces fortuitas. En este caso, un recorrido fortuito por los marcadores del Mozilla. Nadie tiene nada importante que contar hasta que lo haga pasar por importante. La vida de un periodista musical gallego de 34 años en Madrid no tiene puto interés, pero, así es la vida, cualquiera puede hacerlo, por eso digo que a la mierda todo y que esto sea lo que sea.
Salud y libertad.