Los visitantes habituales de "Perdiendo mi eje" habréis visto que "El ritmo de los acontecimientos", primer álbum en solitario de Joaquín Pascual, fue mi segundo favorito de la cosecha estatal el pasado año, sólo superado por "Irla izan" de Anari (donde él colabora tocando los teclados). Aquella fue una edición autoeditada, limitada y numerada, pero este mes verá la luz ya en un lanzamiento convencional para tiendas. Con motivo de ello, le entrevisté para La Luna de Metrópoli. Fue el pasado viernes, con la también gran compañía de su colaboradora habitual Ana Galletero, en el mítico Bar Santos, templo de las alitas de pollo para tantos músicos de culto en el barrio madrileño de Ópera. Así discurrió la conversación.
La edición que sacas ahora del disco para tiendas, ¿es porque viste que había buena respuesta con la primera edición? Y, si es así, ¿era una prueba a ver cómo iba la cosa?
No, no fue así exactamente. Empecé a grabar las canciones en casa pensando en colgarlas en el Myspace éste de los cojones según fueran surgiendo. La idea inicial es que fuera una al día, o cada muy poco tiempo. Pero me costaba mogollón tocar y grabarme a mí mismo, me parecía traumático, una sensación muy extraña. Con las demás cosas lo paso bien, pero darle al rec con la guitarra colgada… ahí no me podía concentrar, entonces no tenía claro si estaba haciéndolo bien, si eso era una maqueta o un disco, así que decidí ir a grabar a Paco Loco, y a raíz de grabarlas en Paco, que estaba muy bien, sonaba de puta madre, tenía el disco entero, lo mastericé… decidí sacar esa edición, que me parecía razonablemente bonito hacerlo y que llegase a quien quisiera tenerlo, solamente a quien quisiera tenerlo. Los mandaba desde mi casa, tostaba yo los cd’s, me parecía algo super romántico y guay. Luego el disco llegó a una serie de gente, empezaron a animarme a sacarlo, y yo lo único que intenté es que, si lo sacaba alguien, que fuese con la idea que yo tenía, que era la de no presionar, no tener expectativas para no fracasar. Me parecía bien que llegase a más gente, porque yo las canciones también las hago para eso, pero siempre que me respetaran como mínimo el no ser un coñazo con los medios ni intentar vender. Con El Genio Equivocado, que me animaron mucho y son muy fans, hasta han hecho el sello prácticamente aposta para sacar lo mío junto al nuevo disco de Montevideo. Pero lo de querer vender yo no lo soporto más. Lo que venga bienvenido sea y ya está.
“Virgencita, que me quede como estoy”, que son las palabras con que acaba el disco, ¿no?
Así es. No quiero volver al rollo de “es que no se vende, es que no se qué”. Es un coñazo. No lo necesito. Con la edición limitada lo pasé muy bien. A la gente que me ha escrito, como ahora va a salir un nuevo EP con tres temas con el disco, le mandaré los nuevos en MP3.
¿Qué tal la sensación de tener un contacto tan directo con la gente que te quiere escuchar?
Pues muy buena, tío. Sobre todo muy tranquila, sin falsas expectativas y sin movidas raras de hacia dónde hay que ir. Eso me lo he quitado, no del todo, porque siempre queda la herencia de tiempo atrás, pero poco a poco voy notando que lo que me importa son las canciones, estoy muy satisfecho con ellas, disfruto tocándolas y ya está.
¿Qué diferencia a Travolta de Joaquín Pascual?
Que somos menos, en directo somos dos y luego no tienes que compartir las canciones con nadie si no quieres. Cuando tienes un grupo todo el mundo tiene que tocar, es otra dinámica. Este tipo de disco no lo podría hacer con una banda porque la gente se sentiría inválida, infrautilizada. Estas canciones quería que fuesen así y la fórmula mejor me parecía que era sacarlas en solitario. Al mismo tiempo, me quería desligar de Mushroom Pillow y todo lo de atrás, no cerrar la puerta a Travolta totalmente pero sí empezar algo de cero, distinto. Yo creo que soy la misma persona, ayer veníamos escuchando el disco de Travolta en el coche, que hacía tiempo que no oía, y reconocí canciones que podían haber estado aquí. Quizá hay diferencia porque el concepto es más claro, el rollo de las canciones cotidianas, los pensamientos diarios…, pero a nivel de composición no es tan distinto.
Yo es que veo que con Travolta encontraste un lenguaje propio que sigue aquí y que no tiene mucho que ver con el de Mercromina.
El sonido no, pero creo que hay canciones que han ganado con esa crudeza, que se han quedado más solitarias y otras que quizá con Travolta habrían sonado de la hostia, pero es así. A veces en los discos también funciono según las primeras ideas que me vienen. Tenía una historia que se llamaba Una Vida Mejor, una especie de grupo en que había pensado, y eran canciones que tenían que surgir día a día. Retomé esa idea y la verdad es que el rollo de encontrar canciones en los detalles pequeños empezó a motivarme mogollón. Ya fue un proceso que no se pudo parar, y me llevó a hacerlo en solitario porque esas canciones o las haces en el momento o pierdes la magia, salvo que los del grupo estén contigo todo el día en casa.
¿Llevaste a rajatabla lo de hacer una canción por día?
Sí, sí, sí, hubo una temporada que me puse. No empecé así, empecé intentando buscar lo más cercano, el chispazo de la canción así bonito y cotidiano, pero luego hubo una temporada que sí, y creo que llegué a hacer cinco seguidas. Fue una sensación bestial, levantarte por la mañana con la intención de buscar algo donde fuese para que surgiera esa canción.
¿De ahí sale lo de “Todos los días tengo un accidente”?
Eso lo puse así precisamente en la primera canción porque todo el disco tiene ese espíritu. Todos los días sucede algo que vale la pena, para bien o para mal. Todos los días tienen una canción en algún sitio, lo que pasa que hacer eso constantemente sería para volverse loco, pero durante un periodo de tiempo…, hay cosas que pasan desapercibidas pero cuando las conviertes en una canción quedan ahí para siempre, y son más bonitas de lo que tú al principio te pensabas.
Esa forma de hablar de las cosas cotidianas… hay una sensación de calma pero de desasosiego al mismo tiempo, como en “Descansar”, que habla de cómo el exceso de descanso roza la muerte.
Hay muchas canciones que juegan con eso todo el rato, pero no ha sido premeditado. A lo mejor es que mi forma de pensar es esa, como en “De paseo”, que yo creo que es así, vas paseando con tu perro, la vida pasa por delante de ti, piensas muchas cosas… la sensación es bonita. Y “Descansar” es igual. Necesitas descansar pero nunca te atreves a llegar hasta el final. Siempre pienso que parar totalmente es un poco como morir. Siempre son un poco contradictorias, como “Viejo cascarrabias”, que parece que te estás cagando en todas las cosas pero en realidad las estás echando de menos. Por eso intenté, y eso sí que lo pensé, que tuvieran cierta ironía, cierta gracia, que hubiese una doble vertiente, como “Hoy debería estar bien contento”, que es la carta que te va a alegrar el día pero en el fondo no quieres que te llegue. Pero las sensaciones surgen solas, luego lo que pasa es que en las canciones siempre intentaba introducir ese pequeño toque de gracia.
Me gusta mucho “Ella me atropelló”. ¿De qué va exactamente esa canción?
Esa canción va de cuando eres pequeño o joven, cometes un error: ponerte hasta el culo, probar ciertas cosas… eso no te abandonará nunca, es como si te atropellara un autobús. Jamás desaparecerá. Puede ser también el sexo bestia o las máquinas tragaperras. Hay momentos en tu vida… yo también tengo los míos y no tengo por qué airearlos, pero creo que eso te acompaña siempre y por mucho que quieras eliminarlo de tu vida siempre estará ahí. Cuando eres un niño, según cómo la vida te trate y cómo te dejes tratar eso te acompañará siempre. Son cosas que a veces son buenas y otras no, y dices “ojalá no hubieras hecho esto nunca”.
Entonces eres determinista…
Hombre, creo que la fuerza de voluntad siempre está ahí, y en principio se puede salir de todos los sitios, pero otras veces no puedes ni dejar de fumar. En mi caso hay cosas que nunca he tenido la fuerza de voluntad ni siquiera de quitármelas de la cabeza. Es un atropello, porque tú eres un niño y por qué mierda te tiene que pasar eso, ¿sabes? Una mala sensación con el amor o con lo que sea te puede destrozar y ya nunca lo podrás recuperar. De hecho, cuando Juan hizo las ilustraciones del disco, ¿has visto la tía esa que sale con las tetas?, a mí me pareció brutal porque es como, fíjate, a ver lo que pensaría de la canción pero en realidad es así, porque esa tía es un objeto de atropello, está claro que es un peligro, eso en un momento de tu vida te puede masacrar, es como un camión enorme que pasa por encima de ti. En el disco ahora hay muchas más ilustraciones, pero esa la puse en la primera edición porque era una de mis favoritas desde el principio.
Toda esta apuesta por la inmediatez y lo artesanal, ¿es el camino lógico después de todo este periplo con Surfin’ Bichos, Mercromina y Travolta?
No estoy seguro, pero intuyo que tarde o temprano tenía que llegar un momento así. Puedes ir experimentando, pero siempre te vas quedando con lo que realmente consideras que es lo principal. Por ejemplo, yo en los discos de Travolta echaba un poco de menos todo el rollo sónico que tenía con Mercromina. Te lo digo, además, sinceramente. Y creo que en este disco en realidad está, no al nivel de “Desde la montaña más alta del mundo” o “Huracán”, pero es más agresivo que Travolta, la guitarra está más irritada. Luego también hay momentos que son canciones más íntimas, más recogidas, que me gustaron un montón en los discos de Travolta y que no estaban en Mercromina. Cada vez, y sin pensarlo demasiado, sin darte cuenta, vas encajando las piezas. Ahora que era un disco solo y que podía hacer lo que quisiera, porque además esa era la intención, tocar lo que me diera la gana, todo eso ha surgido de forma natural.
¿Te ha animado ver al montón de gente que se estaba autoeditando? En otra entrevista comentabas que el control de la situación nunca había pertenecido a los músicos tanto como ahora.
Claro, es genial, me parece muy bien. Me parece algo honesto, que debería haber sido así siempre, y quizá haya gente que haya podido hacerlo así siempre pero en mi caso ha sido unas veces más y otras menos. Sí, tienes razón, he visto a gente como Joe Crepúsculo, Tarántula o Los Punsetes que han hecho su cosa sin pensar en nada más que hacerlo, y hace unos años todo era en plan ir a la compañía, hacer la maqueta, y si no les gusta cambiarlo. Ahora el músico tiene sus canciones y es capaz de llegar a donde quiere con ellas sin necesidad de estar sufriendo ese rollo de “no, es que el disco es muy largo, es que tiene que tener no se qué, bueno ahora no en febrero”. Cuando te desligas de eso tienes una sensación de paz increíble.
También te gustó mucho el disco de Muni Camón y Remate, ¿no?
Sí, también. Cuando Muni me mandó el disco con ese formato de cartón yo copié la idea. Me encantó. Me pareció una cosa…, yo ya estaba metido en ese rollo y todo esto me animaba. Veía que mucha gente estaba haciendo lo mismo y no es que yo lo hiciera porque otros lo hacían, pero me animó ver que lo estaban haciendo al mismo tiempo. En otro momento no me habría puesto a hacer yo una edición de 200 discos, ir a una imprenta, mandárselo a la gente…, pero en ese momento sentí que estaba haciendo algo real y cojonudo.
¿Travolta es el nombre de tu perro?
No, mi perro se llama Warhol. Travolta es el gato de Paco Loco (risas).
¿Y qué peso tiene Warhol en tu concepto artístico? Porque yo le veo que es protagonista de canciones, sale en las fotos de promo, en el vídeo de “Nos miramos a los ojos”…
Pues justo ayer se lo comentaba a Ana durante el viaje. Warhol tiene un montón de peso en el disco, porque yo el año pasado no trabajé, estuve en casa todo el año y él estuvo conmigo todo el tiempo, porque mi mujer trabaja, mi hija estudia fuera en la Universidad. Todo empezó con “De paseo”, luego en “Viejo cascarrabias” yo notaba que él se estaba volviendo un poco como yo. Ha sido todo como un juego, pero al fin y al cabo es un referente, porque hay sensaciones como cuando lo miras o cuando estás con él e igual estás pensando en una letra y él está enfrente de mí… De alguna manera entró a formar parte de las canciones sin que fuera intencionado. Yo creo que es un poco anecdótico pero me ha salvado algunas de las típicas frases que se resisten o ese pensamiento que no sabes cómo enfocar. Sólo te basta mirarlo y de repente surgía la idea. Fue una especie de luz que estaba ahí, que no sé si fue una coincidencia o algo más.
Decía Corcobado cuando grabó su último disco que su mayor influencia había sido su perro.
Por eso, es que no sé cómo explicarlo, no sé si tú tienes perro, pero es una sensación muy rara que a lo mejor la cuentas y la gente se piensa que estás zumbao. Cuando estás en casa con él… y luego cuando hice las fotos de promo, las hizo mi hija y al principio pensaba en las típicas de salir posando pero luego le dije: “Mira, vamos a dar un paseo con el perro, me las quitas y ya está”. Además, yo salir solo ahí me parecía… y con él me sentía mejor, como más tranquilo. Él no lo sabe, pero ha sido muy importante.
¿Normalmente salís de blanco cuando tocáis en directo?
No, fuimos de blanco porque fue una broma que nos gastamos el uno al otro, nos pareció divertido y lo hicimos un par de veces, pero ya no...
Creía que había alguna simbología o algo, porque en “Colapso temporal” te retratas vestido de blanco.
Es que esa canción la hice ya durante los conciertos aquellos. Habíamos tenido ya antes un colapso temporal aquí en Madrid, porque de repente vimos a un enano que estaba vendiendo lotería y de repente pasó algo como si se hubiera parado el tiempo. Yo le pagué, él me dijo que no le había pagado, yo me paralicé y no sabía qué hacer. Luego, cuando fuimos a tocar al pueblo éste sucedió algo parecido, era como una especie de jauría de gente enloquecida, era de día pero decían que era de noche. Vamos, que aquello fue… y aquel día íbamos de blanco y con ello hice la canción. Desde entonces no hemos vuelto a ir de blanco (risas) (Ana) ¡Más colapsos temporales no!
¿Cuál es exactamente tu papel en Tórtel?
Jorge y yo hicimos las canciones juntos, luego hablamos y yo le dije que quería estar pendiente de mi disco y de mis cosas, que si quería tocar en directo podría salir a tocar con él algunas canciones pero no siempre iba a poder, entonces él… es que realmente yo entiendo que las letras son suyas y el esqueleto de la composición y yo lo que hago con él es hacer arreglos, ornamentar todo, ayudarle con las estructuras. Es como a un cincuenta por ciento lo que hacemos los dos, pero realmente lo que decía es que yo no podía estar disponible para todos los directos, y entonces él está ahora tocando con su banda y cuando yo pueda y me apetezca lo haremos. Hemos hecho ahora dos canciones nuevas para un single pero quiere que grabemos más antes del verano y yo encantado. Me lo paso bien con él y me gustan las canciones.
¿Y cómo surgió la colaboración en el “Irla izan” de Anari?
Cuando yo toqué en San Sebastián con Travolta, el guitarrista de Anari, Borja, tocaba en Purr, un grupo que estaba en Subterfuge y con quien hicimos alguna gira juntos, y nos llevamos súper bien. Él vino a vernos y vino Anari con él, y cuando fueron a grabar me dijo que quería que hiciera algo en el disco. Y a mí me encanta Anari, aunque sólo tenía entonces el “Zebra”. Nos empezamos a llevar muy bien por mail, me mandó las canciones y me habían dicho que nunca habían tenido a alguien, o a un arreglista como tal, de pianos y órganos, que siempre lo habían hecho ellos. Yo le mandé mi contribución y le gustó un montón. Cojonudo, tío, cojonudo. El otro día me mandó el vinilo y estoy súper orgulloso. No sé si sólo por las canciones, por haber ido allí a grabar con ella, la respeto un montó como compositora y la verdad es que me desviví, me preocupé un montón de hacerlo bien y de que fuera bonito.
¿Sigues componiendo al mismo ritmo?
No, ahora estoy un poquito más parado, pero tengo un par de ideas en mente para seguir construyendo algo. Ahora he hecho un par de canciones nuevas, una es “El ritmo de los acontecimientos”, que tenía a medio hacer, y otra que se llama “La gran reforma” más una nueva versión de “Nos miramos a los ojos” que es como rollo Specials, así en plan Jamaica y todas ellas irán en un EP. Pero llevo 20 días que sólo toco la guitarra un día a la semana. Tengo en mente cosas pero tampoco quiero precipitarme. Cuando vaya surgiendo me pondré a ello.
Canción del día: "Nos miramos a los ojos" (Joaquín Pascual)
Frase del día: "¡Te crees muy duro para ser un tío sin seguro médico" (Homer Simpson)