Más sobre La Edad de Oro
Oro de barrio
JUAN CUETO
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EL PAÍS - Radio y TV - 19-05-1983
Exactamente así imaginaba yo una de esas televisiones libres; más o menos piratas, rabiosamente locales, de ámbito y vocación suburbial, como La edad de oro que inauguró Paloma Chamorro el martes por
Lo sospechoso es que los antiguos miembros del grupo fundacional no compartían precisamente el entusiasmo histórico y ruidoso de la divertida Paloma Chamorro. Aquellos muchachos de los pelos cromáticos, las crestas de guerra, las letras y las indumentarias altamente subversivas, decían e insistían que apenas habían sido escuchados en su tiempo por una minoría de colegas, que la famosa experiencia de Kaka se limitó a ser un tardío eco periférico de Sex Pistols y compañía, que entonces ni siquiera sabían manipular los instrumentos electrizantes. Y pronunciaban estas humildades con acento franciscano y desde una encantadora sensatez tan insólita en la pequeña pantalla, que en eso mismo consistió el verdadero espectáculo de la noche en que la plúmbea y pedagógica televisión pública se disfrazó de ligera emisión pirata de barrio malasañero.
Ahora, a esperar que le toque el turno a todos los suburbios duros y dorados de España en donde, también desde la nada, se formaron efímeros grupos de imitación punk y los hijos apócrifos de David Bowie editaban fanzines tan iguales a los mostrados el martes pasado en el programa. Entonces, habrá que. felicitar sinceramente a Paloma Chamorro, por su espléndida piratería televisiva. Excepto que se trate de televisión pirata de un solo barrio.
'La edad de oro'
FERNANDO MARTÍN
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EL PAÍS - Radio y TV - 19-10-1984
La eterna problemática de cómo debe tratarse y qué debe ofrecerse al público en un medio de comunicación social tan poderoso como es la televisión queda al descubierto ante programas tan insólitos como La edad de oro.¿Es lícito calificar de innecesarias imágenes que aparecen en dicho programa -sobre todo en la emisión del pasado martes versado en temas de arte y música juvenil y poco convencional? Dicha calificación, hecha por algunos miembros conservadores del Consejo de RTVE, merece una reflexión, por lo exagerada. Y, sin quererlo, da la razón a Genesis P. Orridge, cantante de Psychic T.V. y protagonista del penúltimo miniescándalo, cuando afirmó que "la gente es inteligente, quiere información, y, por tanto, confusión; la gente está harta de que se la trate como a un niño... Los ejecutivos tienen una visión estrecha de la utilidad de la televisión".
Por otra parte, el programa sigue transcurriendo por lo que vienen a ser sus cauces habituales, sin despegarse para nada de su objetivo primordial: satisfacer los gustos de un determinado y minoritario público, con la tímida pretensión de que este tipo de cultura pase a ser aceptada mayoritariamente sin traumas. Por ello contrata a grupos de música moderna que difícilmente pueden aparecer en el resto de la programación, tal vez porque no son objetivo de las multinacionales discográficas. Por ello resalta aspectos del arte y de la cultura difícilmente asimilables por audiencias mayoritarias. Por ello cuenta también con un lenguaje visual propio, que puede resultar poco ortodoxo. Y merece el mismo respeto que Con las manos en la masa, Más vale prevenir o la nostálgica Orquesta.
Al programa se le pueden imputar muchas deficiencias técnicas y de contenidos. Parece que nunca se aprenderá a hacer, sonorizar, realizar, presentar y dirigir un programa musical sin caer en viejos errores. El aburrimiento sobrevuela el plató mientras la entrevista al genio de turno se torna un berenjenal teórico y pretencioso. Y la selección de los grupos actuantes no suele ser muy coherente, dando la impresión del eterno por los pelos.
'Kaka' de programa
F. G. García-Argüelles. - Madrid.
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EL PAÍS - Opinión - 02-06-1983
Realizar un programa sobre la música, la pintura y la literatura de hoy, lo más actual en estos campos, e iniciarlo y continuarlo con nostalgia me parece la mayor paradoja y la primera contradicción. Y esto es lo que ocurre con La edad de oro, que presenta Paloma Chamorro desde hace unas semanas en
Si hoy es martes, esto no es TVE
JUAN CUETO
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EL PAÍS - Radio y TV - 26-03-1985
En martes, decía Quevedo, toma todo lo que te dieren y no repares en cumplimientos. Y decía bien, que en verdad es mucho, y hasta excelente, lo que en este día de sonido agüero y sin película suele regalarnos TVE. No reparo en cumplimientos, tampoco. Un programa como el de Tola, con sus altas cotas y sus bajamares inevitables, sería suficiente para justificar cualquier jornada televisual, pero es que los martes sin cine, encima, también hay Paloma Chamorro, y Félix, y las relajantes charlas de Elena Santonja por un plato de lentejas, o algún reportaje digno de En portada, y bastantes curiosidades más.No entiendo muy bien la razón por la cual TVE ha concentrado en los martes lo mejor de sus producciones propias, en lugar de repartirlas por la semana. Si en otros tiempos El hombre y la tierra fue el indiscutible espacio estrella, ahora no cabe duda que ese mérito lo tienen Si yo fuera presidente y La edad de oro. Por eso el martes resulta día engañoso, escasamente representativo del patio televisual, un espejismo de dignidad en medio del caos programador, algo excepcional que en televisiones sensatas hubieran trasladado a días más espectaculares, para lucirlo mejor.
Esta concentración insólita de espacios que no son regla en
Y lo mismo con La edad de oro. Su éxito -de menor escala, en cualquier caso indiscutible- fue una sorpresa para todos. Y el precio es idéntico. Me refiero al precio del rigor. Se paga muy caro en TVE eso de intentar todas las semanas sorprender a los fieles sin incurrir en repetición o adocenamiento. Paloma Chamorro también huye por la puerta grande del stress; desbordada como su vecino por una idea inicialmente modesta que ha ido creciéndole entre las manos.
Lo curioso es que otros programas del martes, también nacidos sin pretensiones, casi como relleno, han ido poco a poco encontrando su formato. El ya citado Con las manos en la masa, que es bastante más que un recetario general básico: que son unos deliciosos minutos de charla sin más pretensiones que las de pasar un rato distraído y sin aspavientos alrededor de un pretexto culinario. Y Tablón de anuncios. Felizmente olvidada la idea inicial, el programa que presenta la pizpireta Sonia Grande, ha encontrado su sitio en la programación y también por azar. Ha encontrado la movida periférica. Yo no sé si esto de la movida es o no es, o qué rayos es, pero reconozco que ese nuevo costumbrismo de bares, rollos, diseñadores, fanzineros, malditos, plagiarios, apócrifos, ágrafos, inéditos y demás flora asfáltica, es un neocasticismo que da bien en TV.
Expresividades
Son un tipo de expresividades que para ser contadas necesitan el discurso de
Réquiem por el riesgo
FERNANDO MARTÍN - Madrid
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EL PAÍS - Radio y TV - 04-04-1985
Los pisoteados vasos de plástico dejaban constancia de que la fiesta había sido un éxito. La muchedumbre invitada al programa se divertía a espaldas del reloj, que marcaba peligrosamente la 1.40 en una zona tan mal comunicada como Prado del Rey. Y se divertían con el mismo fervor que lo suelen hacer en las discotecas. Era la jornada final de la denostada, alabada, boicoteada Edad de oro. Era la última emisión de un programa que suponía la actual, y peligrosa para algunos, imitación de la vida. La deseada guinda musical la ponía un trío vistoso y charanguero llamado Violent Fernines, al que nadie pudo sustraerse de corear y jalear. El rock vivo y fresco del grupo ponía el abanico de colores ideal en esta jornada televisiva que podía haberse inclinado hacia la nostalgia. Pero no fue así.El horario de programación normal fue sobrepasado hasta casi las dos de la madrugada merced a la actuación del mencionado grupo, a un vídeo en directo del grupo Spandau Ballet, a un reportaje grabado sobre Picabia y a las habituales entrevistas. La gente se aprovisionó de cerveza para resistir, descubriendo incluso máquinas de bebiba instaladas en otras dependencias de la casa. Y todo el mundo se lanzó a tumba abierta a participar en esta celebración en directo.
La presentadora, directora y alma mater del programa, Paloma Chamorro, afirmaba al final de la maratoniana sesión final: "La edad de oro es un programa que no existe en ninguna televisión del mundo, y esto no es algo que lo diga yo. Lo dice mucha gente con gran conocimiento de causa, pero eso nunca soléis decirlo en
Paloma Chamorro cree que el escollo más dificil de superar ha sido la falta de información sobre su programa. "Lo más grave," -dice- "lo más duro de llevar es que ninguno de vosotros (por los periodistas) hayáis contado esto". Uno de los programas, el dedicado a Psychedelic Furs, fue, algunas semanas después de su emisión, número uno del hit parade de vídeos piratas en Estados Unidos, llegando a cotizarse a 20.000 pesetas la cinta. Una de las revistas americanas especializadas, Record Collector, afirmaba que la calidad de imagen y sonido era excelente, "y vosotros", añadió Paloma, "nunca habéis dicho esto. Siempre habéis contado otras cosas. Normalmente, verdades a medias y, muchas veces, mentiras descaradas".
En cuanto a los defectos imputables al programa, Palorna Chamorro manifestó: "Ha habido muchos. Sobre todo un exceso de pretensiones, el haber querido hacer un programa imposible, el haber, sido tan ambiciosa. Es un defecto mío de concepción, digamos. He querido ir a por todas, pero no se puede ser a la vez una agencia internacional de contratación para un programa semanal, de horario fijo, y estar a la vez produciendo cortos, y a la vez estar al tanto de lo quepasa por el mundo, y a la vez, a la vez..., y a la vez pelearse con todos los que dentro y fuera de TVE han hecho todo lo posible porque no se haga La edad de oro".
En cuanto a la reacción que ha provocado el programa, Paloma dijo que había sido: "Variopinta. Normalita, en cuanto a crecimiento, pero completamente anormal con respecto a las pretensiones del programa, que se había pensado como minoritario. El programa ha tenido una, audiencia mucho mayor de lo que pensaba o deseaba, y de ahí que los índices de aceptación, que no de audiencia, fueran malos. Sencillamente, había mucha más gente de la que se esperaba viendo el programa y, realmente, no se quería un programa tan mayoritario".
La mejor de cada género
El programa será reconvertido, respetando formato y contenidos, para ser ofrecido al menos cuatro veces al año a modo de programa especial. Según Paloma, el espacio como tal desaparece: "Supongo que hay gente que ha reconocido que no se puede seguir luchando contra tantas oposiciones. Pero pienso que si se le hubiera apoyado un poco más sí hubiera sido posible... No hay sustituto para el programa porque supongo que hay que estar tan loco como lo estamos nosotros, y dedicar todo el tiempo a esto. Lo que va a haber aquí es lo que hay en todas la televisiones del mundo, programas al estilo Top of the pops, donde se emitan vídeos musicales".
En cuanto a los grupos seleccionados Paloma se responsabiliza "de absolutamente todos": "Creo" -añadió- "que he traído lo mejor de cada género". Con respecto a la programación musical dijo: "A mí no me gusta la televisión, ninguna televisión. Y no me gusta nada la música en televisión, porque adoro la música... Y en el campo de la música moderna se están dando ahora manifestaciones verdaderamente avanzadas y acertadas. Lo que pasa es que le gente identifica equivocadamente la música moderna con los Cuarenta principales".
4 Comments:
"La gente se aprovisionó de cerveza para resistir, descubriendo incluso máquinas de bebiba instaladas en otras dependencias de la casa."
Jajaja, hay costumbres imperecederas.
Es muy gracioso todo esto.
Lo primero, que la programación de la Única de entonces se antoja mejor que la selección de lo mejor de todas juntas hoy.
El otro día ví la actuación Psychich TV, la de la escandalera...Aquella reacción y sus consecuencias me parecen muy tristes. Pero debo decir que la actuación en sí me pareció puro Shock Value sin substancia...Una castaña, vamos.
Y es triste comprobar la lista de peros que le ponían a un programa, con todos sus defectos, cojonudo, más allá que la Chamorro no me termina, hoy, de caer bien...
Y por último es de lo mejorcito el contraste entre la opinión de la Chamorro sobre la importancia de Kaka de Luxe y la realidad, conocida por los protagonistas...
La pena (y siempre pienso lo mismo) es que no haya habido algo así con el pop de los 90 y de la década actual (en mi opinión, muy superior a lo que se hacía en esa época), cuyos integrantes aún se les puede mirar a a la cara sin que den vergüenza.
El otro día, por ejemplo, Jaime Urrutia decía en La Voz que echaba de menos los 80 porque había vanguardia, no como ahora. Pero que bueno, decía luego, no había que ser catastrofistas, que quedan buenos grupos como Amaral.
Definitivamente todos estos ( algo parecido le lei a Auserón) viven en otra galaxia donde solo existen Loquillos o Operacines Triunfos.
Genial el post. y genial la Edad de Oro, por supuesto. Lástima que ya no haya nada así. Sería genial que Paloma Chamorro pudiera grabar "La edad de oro" ahora...
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