"Donde viven los monstruos", de Spike Jonze. La fantasía y las vísceras.
(Carol) "Va a ser un lugar donde todas las cosas que quieras que sucedan sucederán"
(Max) "¡Podríamos construir totalmente un sitio así!"
Spike Jonze ha tardado seis años en estrenar una nueva peli tras sus dos colaboraciones con el guionista Charlie Kaufmann: "Cómo ser John Malkovich" y "Adaptation". "Donde viven los monstruos" es, por cierto, la laboriosa y ejemplar adaptación del brevísimo cuento ilustrado de Maurice Sendak, que Jonze toma solamente como punto de partida y espíritu para extenderlo hasta crear una obra completamente nueva.
"Donde viven los monstruos" es algo completamente alejado de los cánones del típico "producto-para-toda-la-familia" que se espera en estas fechas. Aunque se conciba desde la mente de un niño de 9 años, no es, ni siquiera, una peli para el público infantil porque un chaval de esa edad odiará verse reconocido en la verdad de ese personaje: preferirá proyectarse en un superhéroe, un vengador justiciero o algo así, pero nunca en sus propias contradicciones y miserias.
Jonze está insistiendo en que quería evitar la condescendencia en su retrato del pequeño Max, un niño que, al ser castigado por su madre, huye con su imaginación a una lejana isla en la que se convertirá en el rey de una isla de monstruos. El director, en alianza con Dave Eggers, ofrece interesantísimos añadidos al guión (existencia traumatizada por la ausencia de un padre y celos ante los amantes de su madre, por ejemplo) y luego se inventa toda la historia de lo que sucede en la isla, pero haciendo un retrato más de sensaciones que un recorrido narrativo, en una película visceral y muy física (está plagada de hostias y gritos) que refleja con alta lucidez muchas de las contradicciones del sentimiento humano: la soledad, la rabia, el odio, la amistad, el amor, la violencia, el júbilo, la envidia, la frustración, la tristeza, el egoísmo o el capricho están ahí, conviviendo por momentos en uno mismo sin que uno sepa muchas veces por qué surgen o cómo controlarlos.
Es importante para amplificar su encanto la escasa proliferación de efectos digitales. Los monstruos son muñecos de Jim Henson con personas dentro, y, como el mismo Jonze ha dicho, la poca digitalización utilizada ha sido para ofrecer mayor sensación de realidad. Lo consigue. Y no menos esencial es la magnífica banda sonora de Karen O & The Kids (grupo creado para la ocasión en el que figuran todos los Yeah Yeah Yeahs, Bradford Cox -de Deerhunter y Atlas Sound- y Aaron Hemphill -Liars-) y donde colisionan los espíritus de Daniel Johnston (hay, de hecho, una versión suya), Kimya Dawson y la Escuela de Summerhill.
De hecho, la peli tiene tanto de "Being John Malkovich" y de "Adaptation" como de "Jackass". Igual vuelvo a verla. ¿Quién se viene?
Canción del día: "Tonight We Fly" (The Divine Comedy)
Frase del día: "Si el clima fuese un banco ya habríamos puesto dinero para salvarlo" (Hugo Chávez)
6 Comments:
Qué buenas tus críticas. De verdad, qué blog más currado!
Me encanta! Voy a leer todas las críticas y te seguiré de ahora en adelante.
Un súperbanco, por supuesto.
apetecible
La película, no que el clima sea un banco
Esta peli que aún no la he visto y me tiene buena pinta me parece sospechosa por una cosa : Hay un grito unánime en el mundo gafapasta. Y eso me parece raro!
ya has vuelto a verla?
yo me apunto a tu bis..si esperas a que vuelva a coru!
Aún no he repetido, lo que pasa que en Coruña va a tener que ser doblada, me temo, ¿no?, y ya sabes cómo soy yo para esas cosas...
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