"Bamako", de Abderrahmane Sissako. ¿Predicar para los conversos?
Salvo por la labor de algún benefactor testarudo como Bono, África sigue siendo la gran olvidada, el culo y el basurero del mundo, y muy poca gente en Occidente está sinceramente interesada en que eso deje de ser así. Lógicamente, y teniendo en cuenta que es un arte (o industria, o entretenimiento, llámenlo como quieran) tan insultantemente caro, el cine africano sigue siendo otro gran desconocido. Lógico: tienen cosas más importantes de qué preocuparse que de hacer películas.
De vez en cuando llega alguna como ésta: curiosa producción de Mali, rabiosa y con altas pretensiones, oportuna y necesaria pero también fallida por momentos. A ver, en un patio de vecinos en un barrio de Bamako (la capital del país), se celebra el juicio definitivo: el pueblo africano acusa al Banco Mundial, el FMI, la OMS y el G8 de ser los culpables de su situación. Es un juicio modesto, al aire libre, que se escenifica de modo teatral aunque con mezcla de actores, activistas reales que hablan con su propio discurso, y familiares del director.
Al tiempo, eso se mezcla con escenas costumbristas-poéticas sobre la vida en el vecindario, alguna trama poco perfilada y bastantes metáforas tirando a obvias o, directamente, ridículas, como el momento en que se inventa dentro de la peli otra peli, un spaghetti western en Mali protagonizado por Danny Glover, denuncia un poco risible de la colonización cultural.
Lo interesante es, claro, el debate expuesto en el juicio, aunque su perspectiva tan anticinematográfica haga que sus puertas queden cerradas al público que previamente no estaba interesado en el tema (o sea, a quien habría que dar a conocer esas ideas). Y, al restringirse a quienes ya estén sensibilizados con el tema, tampoco les aporta nada demasiado nuevo para lo que ya se sabe. No es (está lejísimos, vamos) "La pesadilla de Darwin".
Pero sí hay varias ideas reseñables.Especialmente, desde el momento en que Sissako da voz a los propios africanos (muchos de ellos, además, mujeres) que exponen sus argumentos con rabia y convicción, desde las entrañas. No queda, en ese discurso, títere con cabeza dentro de Occidente, como no debería quedar. Es cierto que también se alude a la corrupción de los propios gobernantes y de quien posee el poder en África (consecuencia, de todos modos, de la colonización) y, más interesante, de la falta de fuerza y también de la desidia de un pueblo que tampoco hace nada por cambiar su situación. En una de las escenas paralelas, un periodista le pide a un ciudadano que exponga para la radio su idea de que está desapareciendo el tejido social. "¿Para qué? Nadie va a querer escucharlo", responde él reafirmando su propia teoría.
Las conclusiones del juicio son irrefutables: condenan a esas instituciones a hacer la labor inicial para la que fueron creadas. Esto es, a trabajar por la humanidad. La película, modesta producción que ha llegado a unos pocos cines occidentales, tiene claras sus funciones: muestra la perspectiva africana y viene a decir que ellos tienen conciencia del problema e incluso saben cuáles son las claves para solucionarlo (ojo a las reflexiones sobre la privatización de la enseñanza, el transporte o el agua impuestos por esas instituciones bajo chantaje). Que no son imbéciles. Y que, alargando la situación de dominación impuesta bajo el poder de las armas desde la época del colonialismo, nuestra riqueza sigue basándose en su pobreza, producto de lo que denominaría "el expolio original".
Todo occidente estamos interesados en perpetuar esa explotación, que se mantiene gracias a la violencia económica del capitalismo, la política de las multinacionales, la industria farmacéutica y conceptos tan cínicos como el de 'deuda externa'. Y a nadie le interesa que eso cambie. No hay ningún tipo de sentimiento de culpa, excepto en el caso de alguna ONG u organización humanitaria o algún benefactor. Pero incluso en algunos de esos casos (que, al fin y al cabo, no son más que formas modernizadas de la figura del misionero), son modos más o menos inocentes de lavar la conciencia, por no hablar de las directamente interesadas (véanse las confesiones religiosas que se aprovechan de la situación de esa gente para buscar nueva clientela).
A mí, como habitualmente, ha vuelto a servirme para reafirmar esa idea que unos cuantos amigos no quieren oir (la consideran demagógica) pero que yo cada vez tengo más clara: tal como están las cosas y viendo dónde estamos nosotros, cada vez que nos amargamos o nos quejamos de nuestros pequeños problemitas de mierda de sociedad opulenta y vanidosa, es algo ilegítimo. Es inmoral.
Canción del día: "Edith Wharton's Figurines" (Suzanne Vega)
Frase del día: "O que eu non quero dicir é que sexa máis listo ca eles. O que digo é que hainos máis parvos ca min" (El abuelo de Iritatirita)
11 Comments:
viva viva vivaaaaaaa mi abuelo!!!!
Because whatever thoughts we have about God, who He is, or even if God exists, most will agree that God has a special place for the poor. The poor are where God lives. God is in the slums, in the cardboard boxes where the poor play house. God is where the opportunity is lost and lives are shattered. God is with the mother who has infected her child with a virus that will take both their lives. God is under the rubble in the cries we hear during wartime. God, my friends, is with the poor. And God is with us if we are with them.
(Bono’s Acceptance Speech 2007 NAACP Image Awards)
*NAACP: National Association for the Advacement of Colored People.
¿Los colored people son los pitufos?
Wir sin alles sehr modene!!! Nichts spricht Spanisch hier?
Vamos, que no tengo problemas con el inglés ni el francés, y el "galego" no es tan difícil de entender, pero este post empieza a parecer el club de la pedantería...
Claro, y tú aportando tu granito de arena...jajaja!
Carolina- People, they ain't no good at all. And I think it too. People suck. Nothing to add.
Te suena? Pues eso.
Nota- que conste que el texto del comentario anterior no es algo que yo le esté diciendo a Carolina, sino que lo he tomado así - sí, sí, SIN TRADUCIR - de su página en Myspace; y, curiosamente, no es el único. Por cierto, voy a reincidir: Contradictio alter natura est.
Bueno, Bruno, eso fue sólo una vez. Siempre lo pongo en inglés y español. Además, hay una cosa que se llama ironía y que los posts me temo que no permiten... En fin, odio los emoticonos, pero tendré que tirar de ellos... Ains.
En fin, pues eso, que estaba siendo sarcástica y tal.
Y el resto de las cosas que están sin traducir son títulos o letras de canciones. Conste. Cualquiera puede comprobarlo.
Ah, Carlos... Y bueno, ya sabes que a veces tengo vocación de mosca cojonera, qué le voy a hacer...
Bueno, Carolina, lo mío también fue sólo una vez... y, claro, el sarcasmo es de ida y vuelta... y las letras de canciones también son textos - porque para eso se "escriben"-... pero, en fin, pelillos a la mar, que no es plan de andar a la greña así a lo tonto. Saludos!
Hombre, me imaginaba eso... Ya, pero muchas letras de canciones pierden mucho en la traducción. En fin, que da igual. Es mi resistencia a usar lo semoticonos. Y en fin, que una es como es, para qué engañarnos...
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