VERSÍCULO 1
Finalmente ha sucedido. Fernando Alfaro (voz y guitarra), Joaquín Pascual (guitarra), José Manuel Mora (bajo), Carlos Cuevas (batería) e Isabel León (teclado y voces) han decidido atender por una vez las numerosas plegarias de reunión de Surfin’ Bichos y, como pequeño regalo a sus fans, vuelven a nacer. El festival Primavera Sound ha sido el principal catalizador de esta resurrección, que será fugaz y sin ánimo de continuidad. Cuatro conciertos más por la Península en el mes de junio y el grupo volverá a ser enterrado para siempre, dejando aire para los próximos proyectos de sus componentes. No habrá material nuevo, simplemente una rememoración en vivo de parte del legado de uno de los grupos imprescindibles de la historia del rock español. Se habla, sí, de una reedición ampliada de su primer álbum, “La luz en tus entrañas”, y un probable recopilatorio, pero ésa ya es otra historia al margen. Consideren el regreso de Surfin’ Bichos como un simple flash, una pequeña trampa en la memoria que vuelva a provocarnos aquel arrebato.
VERSÍCULO 2
Llegaron en el cruce de dos décadas, un momento incierto en que los últimos coletazos de la Nueva Ola eran ya apenas cenizas y la explosión de sellos y festivales independientes era algo difícil de prever. Surfin’ Bichos pusieron a Albacete en el mapa rock y crearon un mundo nuevo en tierra de nadie. Tenían un pie en universos enfermos de origen anglosajón (Nick Cave, David Cronenberg, Black Francis, William S. Burroughs, Joel-Peter Witkin) y otro, quizá más inconsciente, en la pulsión psicópata y la sordidez atávica heredada de la cultura patria. En los surcos de sus discos parecían transpirar los espíritus de Goya, Buñuel, Leopoldo María Panero, Pascual Duarte, Puerto Urraco o la película “Furtivos” de José Luis Borau. A ello añadieron una imaginería bíblica con inquietantes conexiones interplanetarias. Comenzaron siendo, en sus propias palabras, “cuatro hermanos carnales que tocan pop bastardo” y anticiparon la fiebre noise-pop hispana con una perspectiva abierta a géneros como el garage 60’s o la bossanova en un universo más luminoso de lo que podían aparentar esas canciones a ras de tierra, en carne viva. Fue, lo que se dice, un grupo seminal, siempre valorado a determinados niveles (nunca el comercial, por supuesto), que fue elegido para telonear a Nirvana en la época del “Nevermind” y cuyas letras (no es broma) llegaron a ser objeto de análisis por estudiantes de Teología. En 1994 amputaron su futuro o, mejor dicho, lo transformaron bajo los nombres de Mercromina y Chucho pero ésa, de nuevo, vuelve a ser otra historia.
OTRAS CONFIRMACIONES IMPERDIBLES DEL PRIMAVERA SOUND: Animal Collective, Drive-By Truckers, The Flaming Lips, Killing Joke, Shellac, Sleater-Kinney, Stereolab, Television Personalities, Vashti Bunyan, Yeah Yeah Yeahs, Yo La Tengo.
Canción del día: "Tower Of Strength" (The Mission)
Frase del día: "La sensibilidad no es una ñoñería. Una pulga aterrizando sobre un perro suena como una explosión" (Jeff Buckley)
1 Comments:
hola, qué tal?
He conocido tu blog por tu amiga Estíbaliz, y me ha gustado mucho, además parece que tenemos bastante en común.
Un saludo
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