Un año más

Últimamente pienso mucho. No sé por qué en los últimos dos o tres años creo que me he tomado el Primavera Sound como referencia de las cosas que van sucediendo a lo largo del año. Anoche mi subconsciente me sorprendió soñando con una persona que, en un domingo en el que se supone que ambos nos quedábamos solos en Madrid, proponía hacer una excursión a la sierra de Cazorla, preservando el buen rollito que teníamos antes y ahora ya no tenemos. El último Primavera me hizo mucha compañía, se venía conmigo a esos primeros conciertos de la tarde a los que nadie quiere ir, etc... Ahora prácticamente no me habla, no sé por qué o quizás intuyo por qué pero no lo entiendo.
Primavera 04. Me agobio mogollón con la multitud que hay para ver a los Pixies. Aguanto no más de tres temas de Wilco por el mismo motivo. Colas, colas, colas. Me pierdo a Divine Comedy por intentar pedir unas copas en la barra de prensa. Espero por gente, espero por gente. Llego tarde a !!! y no puedo entrar en la carpa. Alguien me cuenta que el cantante echó la pota encima de un tío. Me vuelvo frustrado.
Me sitúo otro Primavera más atrás y veo a un grupo de gente tirados en unos bancos mientras yo estiro las piernas y me acerco al escenario para ver junto a no más de 30 personas a unos tales LCD Soundsystem. Siento un mar de lluvia sobre mi cabeza mientras intentamos ver a los White Stripes. Vibro con Wire, The Go-Betweens, el showcase de Def Jux junto a la persona con la que más me apetecía estar en aquellos momentos... Se avería a la vuelta el coche de alquiler y los futuros Ae Soundsystem nos vemos en Zaragoza partiéndonos de risa. No hay ninguna duda de que, de ser este año, habríamos acabado a hostias.
Un año antes. Aún no conozco (o no tengo tanto trato) con la gente con la que iré los años posteriores. Me recuerdo paseando por el Poble Espanyol con mi amigo Xavi y comiendo en restaurantes-clavo para guiris. Un periodista de RDL me saluda desde uno de ellos con comentarios en plan "esto sí que es vida, esto sí que es un festival". Me paso horas en la feria de stands con los Feedback. El escenario de grupos españoles es encantadoramente como de verbena de pueblo. Le recomiendo The Delgados a Luis de Diario 16 y flipa. Todos flipamos. En mi retina, para siempre, la performance de los maravillosos Moldy Peaches y mi primer concierto de Le Tigre. Nacho Potapop (aún no nos conocíamos) me pregunta dónde he pillado ese trozo de pizza después de pegar botes a mi lado en todos los conciertos.
No siempre los festivales favorecen la convivencia o la amistad entre la gente. Algunos más relajados sí, pero no los masivos. El FIB, desde luego, es el peor. Allí empezaron muchos de los malos rollos que han mandado a tomar por el culo muchas cosas que antes había y ahora ya no hay. Entre el stress (sobre todo si vas a currar), las multitudes, la falta de espacio y habitabilidad y la profusión de polvo blanco, lo que debía ser amor y armonía se convierte en ese punto demoníaco en el que afloran parte de tus males.
2005. Every time I see you falling...

Canción del día: Brassneck (The Wedding Present)