jueves, mayo 07, 2009

"Genova", de Michael Winterbottom. 20 pelis en 20 años.

Mañana se estrena la cita anual que ya tocaba con Winterbottom. Aunque no todas sus pelis se han visto aquí (creo), ya se ha convertido en una costumbre que el cineasta británico entregue una por año. Y, la gran mayoría, buenas, algunas buenísimas, y unas pocas regulares. Casi todas sorprendentes, al explorar diferentes géneros o incluso definir algunos nuevos. Mientras le doy algunas vueltas a la cabeza antes de dilucidar si me atrevo o no a escribir que Michael Winterbottom ha sido el cineasta de los 2000, informo que, siempre por delante, el hombre ya tiene previstas cuatro pelis más para la siguiente década: "La doctrina del shock" (documental basado en el libro de Naomi Klein, con la colaboración de la canadiense), "The Killer Inside Me" (sobre una novela negra de Jim Thompson), "Murder In Samarkand" (basada en las memorias de un embajador británico en Uzbekistán al que da vida Steve Coogan) y "Seven Days" (coescrita con Laurence Coriat, al igual que "Genova", y que narra la relación entre un hombre encarcelado por tráfico de drogas y su esposa, con la particularidad de que plantearon irla rodando a lo largo de cinco años). Todo esto, según IMDB.

Mientras dilucido si me atrevo o no a escribir que "Genova" podría ser perfectamente una de mis pelis favoritas del de Blackburn (justo detrás de un top 3 que formarían "24 Hour Party People", "Tristram Shandy" y "Wonderland"), intento resumir mis impresiones: la historia comienza con un accidente de coche en el que la madre de dos hijas muere. En realidad, es el antecesor de un fundido en negro a partir del cual comienza, en realidad, la historia. "Genova" trata sobre la vida después de la pérdida. En concreto, la vida del marido y sus dos hijas, cuya forma de seguir adelante después de la tragedia es irse un verano a Génova, donde él (un impecable Colin Firth) va a dar clases de inglés en la universidad.

A partir de ahí, se muestra la relación entre los tres personajes y sus pequeñas transformaciones, siempre con mesura y sensibilidad, sin incurrir nunca en el dramón fácil. Lo difícil que es ser padre, el trauma de una niña culpable quien se le aparece el fantasma de su madre y la rebeldía turgente de una adolescente son las líneas maestras que confluyen en un entorno semi misterioso: la laberíntica Génova de la película es casi como la Venecia de
"Amenaza en la sombra", de Nicolas Roeg (una de mis pelis favoritas de todos los tiempos), aunque cambiando aquel ambiente gótico por una sensación de -y esto es lo más interesante de la peli- peligro e inquietud constante, como si siempre hubiese un accidente, otro accidente, a punto de suceder. Como si la gran prueba de los personajes consistiese en afrontar el fatalismo que parece que les va a perseguir a partir de aquella tragedia original.

Canción del día:
"False Alarm" (The Wooden Birds)

Frase del día: "No estamos hablando de que asistimos a un concierto del FIB" (portavoz del PP en la Comunidad Valenciana opinando sobre una parlamentaria expulsada por llevar una camiseta con la foto de Francisco Camps y la inscripción "Wanted. Only alive")

3 Comments:

Blogger supersalvajuan said...

¿Tan impactante es la escena del accidente del principio?

5:32 p. m.  
Blogger David said...

Bueno, depende del grado de impactabilidad que uno tenga. De la forma en que lo acabo de destripar me temo que impacta menos pero, bueno, es justo el principio.

5:37 p. m.  
Anonymous Pablo Gallo said...

Hace poco he visto el Tristam Sahndy de Winterbotton y me ha gustado muchísimo; esa manera de tratar el cine dentro del cine, esa mezcla de "realidad" y ficción, realizado todo con tal naturalidad que parece hecho sin querer.
Y, además, hace reir.

Espero ver pronto Genova. Aunque ya sepa como empieza.

Un abrazo.

9:06 a. m.  

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