sábado, julio 08, 2006

Mucha policía, poca diversión

Ayer, por tercer año consecutivo, Darío celebró su fiesta de cumpleaños en el Templo de Debod. A lo incomparable del entorno -lugar realmente idílico para las noches madrileñas de verano, y además muy tranquilo- había que sumar lo chulo de la iniciativa, que consiste en, además de pribar civilizadamente, llevar un radiocassette de pilas para que los invitados pinchen cintas de cassette.

Pero ayer la cosa se complicó. Cuando llegué con Robgordon al templo, no había rastro de Darío y sus invitados. Lo único que se veía era a un grupillo de policías con linternas disolviendo la pacífica y nada ruidosa reunión de un grupo de chavales tirados en la hierba. "Alcohol no, todo lo demás sí", decía uno de los maderos.

Dimos con nuestra gente, que estaba camuflada en un montículo (peligrosa pendiente) en una esquina del parque, justo enfrente de la calle Arriaza (hola, Pequeña Esquimal). Allí apelotonados incómodamente, intentamos disfrutar de nuestra noche de presunta libertad al aire libre del mejor modo que pudiéramos. Duró unas dos horas, hasta que una linterna nos alumbró y nos obligó a marcharnos definitivamente mientras, en algunos otros lugares de la ciudad, habría gente delinquiendo, coches pitando al lado de viviendas o gente echando la pota tras sufrir el garrafón en algún garito al módico precio de 6 euros.

Canción del día: "The Times They Are A Changin'" (Bob Dylan)


1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿La iniciativa consiste en privar y poner cintas? ¿CINTAS? ¿Iniciativa?

¿De todo menos alcohol? ?????

XD XD XD XD XD

Pero qué historia tan surrealista...

XD XD XD XD XD

9:29 p. m.  

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