"Sumas y restas", de Victor Gaviria. La pesadilla de Colón y otros detergentes peligrosos

El colombiano Victor Gaviria es el autor de "La vendedora de rosas" (1998), una durísima película hecha con niños de la calle en Medellín. Algunos de sus protagonistas fueron asesinados posteriormente, creo recordar, lo que hizo aumentar la congoja que produce ese retrato ultrarrealista de una sociedad en la que hay que luchar por la supervivencia desde la infancia y donde la vida no vale nada. Me parece casi tan buena como "Los olvidados" de Buñuel, y tenía otra peculiaridad: los diálogos estaban en una jerga tan cerrada que la película se tuvo que subtitular en España.

También hay muchas partes subtituladas en su nuevo film, "Sumas y restas". Esta vez, Gaviria no se centra en las clases bajas, sino en las altas. Bueno, en concreto, se centra en los nuevos ricos: éstos que se han hecho con grandes fortunas gracias al narcotráfico. Es sintomática la frase de Gerardo, el tremendo villano de la peli, cuando dice "mira todo lo que tengo, y lo he conseguido sin estudiar". El protagonista, en realidad, es un constructor (los otros grandes nuevos ricos) que se ve fácilmente tentado por la vida y el dinero fácil que le supondría dedicarse al negocio de la coca. El retrato social que se hace en torno a su proceso de éxito e (inevitablemente) posterior caída es demoledor: las noches largas con juergas surrealistas, el sexo fácil, la vida familiar que se tambalea, la violencia, los laboratorios clandestinos custodiados por sicarios ametrallados, las venganzas, la provocación de la ostentación en una sociedad marcadamente desigual.... Sí, el argumento puede ser relativamente previsible, un poco Scorsese, como acertadamente ha dicho alguien, pero lo que le hace ganar en dramatismo es ese retrato de tono realista, sin glamurizaciones gratuitas ni distanciamiento. A veces, incluso, parece una telenovela en la que las intrigas amorosas son cambiadas por otras cosas.

Canción del día: "Sick City Sometimes" (Buzzcocks)

Frase del día: "Es muy difícil compaginar el arte con la vida real, casi tan difícil como que se callen los del fondo" (Pauline En La Playa, en un concierto reciente)