Entrevista a Victoria Legrand (Beach House)
¿En qué medida la larga gira anterior y el éxito de “Teen Dream” han marcado la elaboración del nuevo álbum?
Con todos los discos siempre hemos sido una banda de directo, nunca hemos entrado en la dinámica de tomarnos un tiempo de descanso, esperar a que nos inspirásemos y volver a grabar. Con “Teen Dream” hicimos 180 conciertos, que son bastantes. En dos semanas vamos a sobrepasar los 500 a lo largo de nuestra carrera. Creo que para nosotros siempre hemos ido sacando pequeños trozos de ideas, algunas partes de guitarras y letras, mientras estamos en la carretera, aunque no tienes tiempo ni el lugar para componer de forma total. En marzo de 2011, después de terminar la gira, fue cuando comenzamos a hacerlo de forma propiamente dicha. "Devotion" y "Teen Dream" llegaron tras un largo e intenso período de gira también.
¿Con el tiempo estáis aprendiendo a utilizar mejor el estudio?
Absolutamente. Todo el dinero que obtuvimos del tercer álbum, que para nosotros ha sido todo tan gradual, que lo hemos utilizado para darnos la oportunidad de contar con más tiempo. Estuvimos nueve semanas grabando y mezclando, cuando el anterior nos llevó cuatro. Creo que cuando tocas canciones cada noche quieres empezar a ver nuevas cosas. El círculo de dos años es para nosotros muy natural, no lo forzamos, nadie nos dice que tengamos que sacar un álbum, es simplemente la energía loca que tenemos nosotros.
Habéis declarado que no queríais que 2010 fuese el año que os definiese, sino que fuese el comienzo de algo. Pese a que vuestro crecimiento ha sido gradual, ¿hay un antes y un después de “Teen Dream”?
Creo que en Europa especialmente los dos primeros álbumes fueron así (hace un gesto como de cosa pequeñita) y luego nos prestaron más atención. No sé por qué ha sido así, pero Alex y yo somos muy sensibles y pensamos mucho. Ese no es nuestro primer disco, y puedo entender el tipo de atención que le han deparado. Es un trabajo mucho más perfeccionista, había una determinación completamente diferente, pero “Devotion” también fue un buen año para nosotros, a la gente aún le encanta ese disco y el anterior. Puedo entender la sensación de júbilo de "Teen Dream" pero, mirando hacia atrás, las canciones son muy simples. Ese disco sería como una manzana y “Bloom” es más un melón. Desde dentro veo evidente que la complejidad en la narrativa y las canciones es más grande, la imaginación es más diversa. No sé si eso contesta a tu pregunta…
¿Os sorprendió mucho la recepción del disco?
Cuando estás de gira es muy difícil darse cuenta de lo que está pasando. Nosotros no leíamos las críticas porque creemos que nos puede distraer mucho, pero a medida que íbamos tocando en recintos más grandes veíamos a la gente muy emocionada, y notábamos la energía. Creo que la mayoría de la gente a la que llegamos es la gente que escucha mucha música, no la que dice “oh, esto está bien” pero al siguiente disco se olvida de ti. A Alex y a mí nos gusta la música que te hace sentir algo, y nosotros ponemos mucho pensamiento en ello. Nos sentimos muy agradecidos a todas las personas que nos han encontrado, no miramos nada hacia atrás negativamente. Llevamos 8 años, lo cual me da algo de miedo: en breve vamos a ser ya una banda con diez años en activo.
Vuestros fans son muy entusiastas y muy cálidos con referencia a vosotros. Por ejemplo, cuando salió “Myth” el revuelo en las redes sociales fue instantáneamente efusivo. ¿Algún comentario que os haya dicho algún fan que os haya impresionado especialmente?
Siempre nos dicen cosas extremadamente estimulantes cuando tocamos en directo. Tocar es la mejor cosa del mundo, porque es real y mágico. La gente grita cosas hilarantes o intensas, es un momento de intercambio. El otro día una mujer nos dijo que nuestro primer disco era importantísimo para ella en su vida porque le recordaba el nacimiento de su hija, ella era de mi edad, y me pareció realmente bonito, con muchas emociones al mismo tiempo, porque era alegre y también triste, pensaba en otras mujeres que no tienen niños. Ese tipo de cosas se me quedan pegadas a la cabeza, cuando la gente conecta su vida con la música. Cuando Alex y yo estamos componiendo no podemos predecir eso, todo ese sentimiento y energía, alegría, rabia… es algo completamente salvaje. "Myth" fue la primera cosa que como banda presentamos directamente en internet. No queríamos hacer algo banal como twittear “hey, tenemos nuevo disco”, no somos ese tipo de banda, tiene que ser algo especial.
¿Qué recuerdas de vuestros conciertos anteriores en España?
En Madrid tocamos por primera vez en Moby Dick y luego en Neu!, pero recuerdo sobre todo ese concierto. En la prueba de sonido había cinco personas y cuando regresamos a tocar había 450 que no se sabía de dónde venían. Fue antes de que saliese “Teen Dream”, así que nos sentimos muy sorprendidos. Y obviamente, el Primavera de 2010 coincidía con mi cumpleaños y fue, obviamente, una noche mágica. Nunca habíamos tocado antes allí. En el Pueblo Español lo disfrutamos mucho también.
Se ha hablado mucho del empujón que se os dio en la blogosfera y en webs especializadas en vuestros comienzos, pero… ¿cuáles crees que son las verdaderas claves de vuestra popularidad?
Es una muy buena pregunta, porque es cierto que en 2006, cuando empezamos, era una época diferente: en el mundillo de internet había una inocencia que yo creo que ya no existe. Éramos como niños colgando nuestra música y emocionándonos al ver que la gente nos podía encontrar, pero yo creo que hemos sido una banda de boca-oreja, gente que se tostaba los discos y se los iba pasando a sus amigos. Empezamos a girar muy pronto y la gente nos descubrió viniendo a nuestros conciertos. Como banda nos ha beneficiado el flujo de información en internet, pero sobre todo lo mucho que hemos tocado ante personas físicas y nuestra consistencia a la hora de sacar discos. Agradecemos el revuelo en internet y nos ayudó al principio, pero todo ese mundillo se ha acelerado demasiado. Ahora todo el mundo tiene que ser el primero en que le gusta tal cosa o en anunciar no se qué. Ya no se siente como algo especial, es muy agresivo, un mundo diferente.
En “Bloom” hay un abanico muy amplio de emociones. ¿Dirías que es un disco sobre aprender a vivir?
Me gusta eso. Esa es una reacción tuya, y es el tipo de pensamiento que aprecio. Algo que resuene nuevo para nosotros, algo que tú piensas y es fantástico porque eso significa que algo está pasando con el disco. No queremos que se tome el título literalmente y uno piense en una flor brotando. Lo titulamos así por el sentimiento. En realidad hay dos o tres temas, pero el disco es como un viaje físico, te lleva de un lugar a otro y es algo interior. Podría ser comparable a la experiencia de vivir, hay muerte, todas tienen cosas que se ven de una manera y luego se vuelven diferentes. En otras te haces una pregunta e igual no encuentras la respuesta o igual desapareces en el espacio. Los sentimientos comunes son bastante universales, pero también pienso que no significan lo mismo para todo el mundo. Al darle una interpretación le estás dando otra vida y se convierte en una experiencia real.
¿De dónde vienen las letras?
De muchos momentos, affaires amorosos con las palabras. A veces descubro una frase o una palabra como “Lapis Lazuli”. Cada palabra que utilizamos tiene su propia génesis. Alex y yo componemos la música a medias y muchas veces la letra aparece con las melodías. Nunca me describiría a mí misma como una letrista que utilice la libre asociación, probablemente soy más simbolista, ya que busco el poder o la sensación visual de una palabra. La música es invisible, pero le puedes dar un sentimiento táctil. El proceso que seguimos es bastante orgánico y se basa en el sentimiento, una idea, algo que veo…
Tu padre es un pintor, ¿ha influido eso a la hora de dotar a tus canciones de un sentido tan visual?
Absolutamente. Mi padre es una de las personas más perceptivas que he conocido en mi vida: mira algo y en el instante lo entiende. Él es extremadamente visual y yo me identifico mucho, Alex te lo podría confirmar. Hacer una canción es una composición y lo pensamos como si fuese un cuadro, en plan “está quedando muy oscura, añadamos este otro color”. En nuestros cuatro discos hemos querido que el sonido te sugiera un color o un sentimiento de forma inmediatamente. En este disco buscamos que cada una de las canciones tuviese esa cualidad.
¿Qué piensa tu familia de vuestra música?
Con el primer álbum mi madre era muy escéptica pero también nos apoyaba mucho. Yo he estudiado piano toda mi vida. Hay gente que me decía que por qué me había ido de París a Baltimore, si yo estaba loca. Mi padre es pintor pero también era músico de joven, y mi madre es psiquiatra, pero creo que ambos están felices y orgullosos de que esto esté sucediendo y de que yo haya encontrado algo.
Has dicho que cantas desde una voz andrógina también como narradora. ¿Buscas contar las historias desde una posición neutral, externa, sin exponerte tú en ellas?
Puedo ver eso. Es una pregunta que se puede responder por sí misma, porque veo todas esas cosas que me dices. No voy a cantar cosas directas en plan “me has roto el corazón” ya no sólo como compositora, sino que como oyente no me afectan, no me hacen sentir que estoy aquí ni en el universo. Como mujer… yo me identifico con los dos, sentimientos femeninos y masculinos. Yo estoy particularmente interesada en el aspecto interno y eso creo que es maximizado en nuestra música, en el posicionamiento del narrador y su forma de expresar los sentimientos. Nunca había pensado en ello, y es interesante.
Las canciones son muy cálidas, la forma de tratar a los personajes. ¿Te gusta cuidarlos, como en “Take Care”?
Sí, puede que sea algo inconsciente, “voy a tratarlos como me gustaría que hicieran conmigo”, guiarlos o algo. Creo que es mi forma de expresarme. La primera que compusimos fue “Salt Water” y creo que tiene precisamente esa cualidad cálida de la que hablas, así que eso existe desde el principio. En cambio no creo que se pueda hablar con frialdad de nuestra música. Se ha utilizado mucho la palabra “ensoñadora” al referirse a ella y no creo que nos represente totalmente. Dream-pop es un término pequeño que se refiere a muchas cosas y sentimientos, pero me encanta eso que me dices, que a la gente le parezca cálida.
Próxima gira. ¿Van a cambiar mucho los conciertos?
Va a ser similar, seremos tres personas con nuestro batería Daniel, que toca con nosotros desde 2008, puede que poco a poco vayamos incorporando nuevas cosas a nivel de producción, queremos ir evolucionando en el show, que es algo extremadamente importante para nosotros. Y ya tenemos cuatro discos, así que rescataremos también canciones que hace tiempo que no tocábamos. El tour empieza en mayo en EE UU y haremos recintos desde 200 a 12.000 personas. Somos muy cuidadosos en el control de calidad en todos los casos. Para nosotros es muy importante tener todo ese rango de recintos. Lo máximo que nos gusta es 4.500, que es ya mucha gente, pero a un nivel en el que todo el mundo más o menos puede ver cosas. El sonido también es muy importante para nosotros. Pero estamos deseando salir de gira de nuevo, porque es lo que más nos gusta hacer, más que estar en casa en Baltimore componiendo.
Entrevista realizada en las oficinas de Music As Usual en Madrid, la mañana del viernes 23 de marzo. Fue utilizada para la pieza "El último refugio", publicada en La Luna de Metrópoli (El Mundo) el 18 de mayo.
2 Comments:
Los he desscubierto esta semana pasada. Solo decir, que si todas, o casi todas sus canciones fueran como Myth, Norway, Used to be, o Take care, estaríamos ante algo muy grande. Pero lamentablemente, no es así...
Beach House a crecido en cada albùm. Definitivamente es una banda que dejarà un legado, musical y lirico.
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