Entrevista a Jim Kerr (Simple Minds)
La semana que viene vuelve a tocar en España Simple Minds, en esta ocasión con una gira diferente, titulada "5x5", y en la que sólo interpretarán temas de sus cinco primeros álbumes, es decir, los que grabaron entre 1979 y 1982. Son, sin duda, sus discos más dignos y los que mejor aguantan el paso del tiempo (aunque yo incluiría el inmediatamente posterior y el que sigue siendo mi favorito, "Sparkle In The Rain"), justo un paso antes de abonarse al rock épico, que fue lo que realmente les dio la fama. Justo estos días, además, se reeditan los cinco álbumes y volver a escucharlos es una experiencia mucho más recomendable de lo que parece: krautrock, electrónica europea, post-punk..., especialmente glorioso en "Empires And Dance", "Real To Real Cacophony" y "New Gold Dream". Otros temas, como "Theme For Great Cities", creo que en realidad no sólo nunca han pasado de moda, sino que incluso han ido adquiriendo relevancia con el tiempo (hagan una prueba: escúchenlo seguido de "Where I End And You Begin" de Radiohead y "Red Lights" de Holy Fuck). Aunque en su tiempo, confesar que te gustaba Simple Minds era algo incluso peor que un placer culpable, todo indica que quizás ya no lo sea tanto. A continuación, la transcripción completa de mi entrevista telefónica con Jim Kerr, cuya versión periodística salió ayer en La Luna de Metrópoli. "Thank you for your intelligent questions" fueron las últimas palabras que dejó en mi grabadora el hombre al que nunca entendí por qué Patsy Kensit le cambió por Liam Gallagher.
Está de moda que muchos grupos recuperen álbumes enteros en directo, pero no picando de varios, como van a hacer ustedes. ¿Cómo surgió la idea?
Empezamos a tocar las viejas canciones en pruebas de sonido y realmente nos gustó y lo disfrutamos. No estábamos seguros de cuándo podríamos tener la oportunidad de volver atrás. El año pasado, cuando EMI nos dijo que tenía la intención de remasterizar ese catálogo pensamos que la cosa adquiría sentido. Creo que nuestra carrera es muy particular, porque tuvimos ese increíble estallido de energía: en los tres primeros años grabamos esos cinco álbumes. Luego ya llegó la fase MTV y los grandes discos, pero los primeros tienen una línea muy peculiar y queríamos abrazar este concepto.
Van a tocar cinco canciones de cada álbum. ¿Las mismas cada noche o van a cambiar?
Creo que 17 ó 18 van a ser fijas, y las otras 6 ó 7 estarán abiertas a cambios.
¿Cómo se sintieron al ensayar esos temas de nuevo?
Con emociones muy mezcladas. La primera sensación era de que esto era algo extraño: no parecían canciones viejas, sino muy contemporáneas. No era como volverte a poner una chaqueta antigua de la que te sientes avergonzado. Tienen una energía, una tensión… el ADN sigue siendo muy potente. Obviamente, por otro lado hay una evidente mentalidad nostálgica.
La música de esa era trataba de imaginar el futuro. Ahora es como si ustedes re-imaginasen la forma en que miraban el futuro desde el pasado. Algo así, ¿no?
Sí, es algo irónico. Además ahora estamos llevando una doble vida, porque al tiempo que preparamos la gira, por las noches estamos trabajando en nuevas canciones cuya sensibilidad está siendo muy influida por las antiguas.
¿Reconoce la influencia de Simple Minds sobre bandas jóvenes como The Horrors o M83?
Eso está diciendo la gente. Es agradable. Nosotros todavía estamos influidos por la Velvet Underground, Roxy Music, David Bowie, The Doors, Magazine, Ultravox… Aún escuchamos esa música y nos inspira, así que si Simple Minds inspira a otra gente es agradable ser parte de esa línea, de esa tradición.
Sólo quedan usted y el guitarra Charlie Burchill de la formación que grabó aquellos álbumes. ¿No echan de menos a los tres miembros restantes?
Es imposible no alabar la contribución que Mick McNeil o Derek Forbes hicieron a esos discos. Ellos aportaron tanto a la fiesta que siempre les respetaremos infinitamente. Éramos como una familia, como hermanos, estábamos realmente unidos y de vez en cuando todavía nos vemos en bodas o funerales. Pero también hubo pequeñas guerras entre nosotros. Ojalá algún día vuelvan a tocar con la banda, nada es imposible.
Justo después de editar estos cinco álbumes dieron el salto y se convirtieron en una de las bandas con más éxito del mundo, de impacto comparable al de U2, pero luego su popularidad cayó en picado, y la crítica también les vapuleó. ¿Cómo lleva eso?
Bueno, John Lennon también cayó en desgracia en algún momento. Neil Young, Lou Reed, David Bowie fueron destruidos por la crítica… así que estoy en buena compañía (risas). No, en serio, es muy cierto lo que me dice y, obviamente, no me gusta, mentiría si le dijera lo contrario. Lo que menos me gusta es la implicación de pensar: “Podías haber hecho esto o esto otro”. No lo hicimos mal, hemos vendido 50 millones de discos. Después de tantos años seguimos aquí grabando y girando, hemos visto a sellos discográficos aparecer y desaparecer, lo mismo que la MTV, cadenas de radio, revistas de música… pero nosotros seguimos aquí. Es una vida estupenda, con sus subidas y bajadas, sus éxitos y fracasos. El fracaso es importante también, se puede aprender de él. En cuanto a lo de compararnos con U2… Sólo hay unos U2, igual que sólo hay unos Echo & The Bunnymen y unos Cure. Cada banda tiene una historia diferente. Esto no es como el fútbol, cuando trabajas en la música hay tantas variables…, antes hablabas de cuál sería la formación ideal, y podemos seguir lamentándonos de por qué Mick McNeil se marchó. Hay gente a la que le gustaría estar toda la vida de gira y otras personas sólo quieren hacerlo cinco años, pero así es la vida.
¿Alguna vez cayó en el desánimo? ¿Pensó en disolver la banda?
Bueno, hace un par de años inicié un proyecto en solitario llamado Lostboy en el que volvía a mis raíces aprovechando que Charlie Burchill tenía que centrarse en unos asuntos familiares. Hice un álbum y me gustaría retomarlo en el futuro. En cuanto a lo de disolver Simple Minds, sí, lo pensé, pero sólo durante una semana.
¿Qué bandas de su generación cree que han sobrevivido mejor?
Es una pregunta difícil. ¿Ha sobrevivido bien Paul McCartney, por ejemplo? Depeche Mode, obviamente, siguen tocando y teniendo mucho éxito. Que sean mejores ya no lo sé. Es muy difícil mantener aquella energía inicial. Pero, mire, vi a Prince el año pasado, ya no saca discos como los de antes, pero en directo creo que es mejor. Sí.
¿Mantiene contacto con la escena joven de Glasgow? ¿Escucha nuevas bandas?
Sí. Tristemente, mi madre murió el año pasado, pero durante su enfermedad pasé mucho tiempo en Glasgow. Trabajé allí e iba a unos locales de ensayo donde tocaban muchos chavales. Ha sido estupendo ver como en la última década se ha continuado haciendo una música excelente allí. Bandas como Franz Ferdinand, Glasvegas..., siempre están saliendo cosas y eso es bueno, porque, honestamente, cuando nosotros salimos no había nada allí. De hecho, fuimos afortunados por ello, porque tuvimos que hacerlo todo nosotros mismos. Glasgow sigue en mi corazón. En cuanto a nuevos grupos, me compré el disco de Anna Calvi, la vi en televisión y me pareció magnífica. También, aunque no he escuchado el álbum, me gusta la canción “Video Games” de Lana Del Rey, me parece fantástica. Siempre hay cosas.
¿Recuerda sus primeros conciertos en España?
Nunca los olvido. Tocamos en Madrid en el Rock-Ola un domingo por la noche y estaba nevando. Por culpa de ello llegamos tarde y tuvimos que correr un montón. El concierto fue un poco caos, pero fue un gran placer. Luego volvimos mucho, guardo grandes recuerdos de Valencia.
¿Es cierto que al principio salían al escenario completamente maquillados?
Sí. Probablemente en el Rock-Ola saliésemos así. Podríamos volver a hacerlo (risas).
¿Conoce el motivo de por qué el single “Lovesong” fue tan popular en España en los 80?
Sí, era la sintonía de un programa televisivo de… ¿deportes?
Sí, era deportivo pero de radio, “Supergarcía en la hora cero”. Mucha gente conoció a Simple Minds gracias a ello.
Oh, muchas gracias a ellos.
Aquellos álbumes tenían un sentimiento muy de la Europa continental. ¿Querían reaccionar contra lo británico o era el reflejo de la música que escuchaban en aquel momento?
Cuando teníamos 16 años, Burchill y yo viajamos por Europa en autoestop y, de hecho, fue así como empezamos la banda. Recorrimos Alemania, Austria, Italia… Aquello fue como nuestro camino de Jack Kerouac. Al mismo tiempo nos influía mucho el cine europeo y la literatura, desde Cervantes hasta Gunter Grass, Albert Camus… Nos encantaba todo eso y, en particular, la música electrónica que venía de Alemania. Recordamos nuestras primeras giras allí, en Holanda, en Escandinavia, tocando cada noche en locales pequeños y aprendiendo nuestro trabajo. De algún modo, estábamos viviendo en la Europa continental, éramos de allí.
Vamos, que se puede decir que “Trans-Europe Express” de Kraftwerk era el “En el camino” de su generación.
¡Sí! “Trans-Europe Express” fue muy grande, definitivamente.
1 Comments:
¡Genial la entrevista, David! Así da gusto, con preguntas tan curradas. Me ha encantado eso de admirar a Ultravox... Simple Minds y ellos coinciden en mucho, desde la etapa "prestigiosa" hasta la de grandes éxitos y el menosprecio de la crítica que vivieron en su momento. Grandes. Saludines.
Ojka
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