jueves, octubre 22, 2009

"Let's Get Lost", de Bruce Weber. Persiguiendo sombras.

El primer recuerdo que tengo de Chet Baker es un póster con una de aquellas célebres fotos de William Claxton. Estábamos haciendo el tonto en casa de una amiga y uno de mis colegas grababa una y otra vez improvisaciones (de monólogo de humor) diciendo "William Claxton". "Chet Baker". ¿Habría existido Chet Baker sin William Claxton? O, más aún, ¿habría existido William Claxton sin Chet Baker? ¿Habría existido Toulouse-Lautrec sin Jane Avril, y viceversa? ¿Se habría atrevido Bruce Weber a hacer "Let's Get Lost" sin la existencia previa del icono Baker creado por Claxton, el joven trompetista de jazz como símbolo de una América joven y cool, como otro James Dean que, en forma de aquellos humeantes retratos en blanco y negro, parecía permanecer tan inmarchitablemente bello como un tiempo pasado?

Bruce Weber comienza "Let's Get Lost" entrevistando precisamente a Claxton. Parte del mito de aquel joven Baker como referencia para ver con mejor perspectiva su propio retrato. Aquella belleza es posteriormente filmada por Weber en su decadencia, casi construyendo una convulsa (y también un poco perra) elegía en vida, aunque la muerte del músico está muy próxima. Como si Weber fuese consciente de que estaba captando las últimas imágenes de Baker, meses antes de que se tirase por la ventana de un hotel en Amsterdam. Envejecido y arrugado, derrotado, drogadicto y culpable, Baker se muestra como el retrato real de Dorian Gray, el rostro del cuadro, mientras que el joven que selló su pacto con el Diablo sigue correteando en las viejas imágenes, en las fotos de William Claxton, o rodeado de coches y chicas mientras disfruta el sol californiano de los inmarchitables años 60.

Como en "El perseguidor" de Julio Cortázar, en películas como "El hombre del brazo de oro", "Bird" o "Alrededor de la medianoche", la belleza y la turbiedad de la edad dorada del jazz despiertan una inevitable fascinación. Como si esa persecución casi obsesiva de lo que hay más allá de la racionalidad, esa búsqueda de la belleza absoluta, de una nota invisible que quede suspendida en el tiempo y lo colapse todo, fuese unida a la degeneración física y psicológica del individuo que efectúa esa búsqueda. Y, más aún, de todo el entorno que le rodea. Porque "Let's Get Lost", además de esas otras obras citadas, no habla de jazz, o no solamente: hablan del gran engaño que supone pensar que la obtención de las más altas cotas de belleza en el arte nos harán mejores personas, que lo sublime nos hará felices, tanto a nosotros como a la gente que queremos. Que componer o interpretar el tema más hermoso del mundo te exculpará de ser el mayor de los hijos de puta. Es como pensar que Dios y el Diablo son diferentes y contrarios, cuando esta película demuestra lo fraudulento de esa idea.

Pero al final, Chet Baker sólo es una excusa para que el también autor del videoclip de
"Being Boring", de Pet Shop Boys, refleje en forma de poema visual su visión nostálgica de la juventud antes de ser perdida, de aquel tiempo en que, como dice la canción, "we were never holding back or worried that time would come to an end".

Una visión de lo perdido que se hace necesaria y complementaria del demoledor retrato de la persona/artista consumido por la vida y los errores, frágil y vulnerable en el que parece su lamento final, su epitafio, cuando Weber le filma interpretando "Almost Blue" de Elvis Costello:

"Almost blue/ Almost doing things we used to do/ There's a girl here and she' s almost you/ Almost all the things that your eyes once promised/ I see in hers too/ Now your eyes are red from crying.
Almost blue/ Flirting with this disaster became me/ It named me as the fool who only aimed to be.
Almost blue/ It's almost touching it will almost do/ There's a part of me thats always true...always/ Not all good things come to an end now it is only a chosen few/ I've seen such an unhappy couple
Almost me/ Almost you/ Almost blue".


Almost Blue

"Let's Get Lost" está todavía en algunos cines españoles, donde se ha estrenado veinte años después. El 18 de noviembre sale a la venta en DVD en edición deluxe.


Frases del día: "Sé fiel hasta la muerte" (Apocalipsis, 2, 10)/ "O Make Me A Mask" (Dylan Thomas) (utilizadas como prefacio de "El perseguidor" por Julio Cortázar)

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola!

Estaría de acuerdo con esta crítica (y la mayoría de críticas que he leído de let´s get lost) si la película durara la mitad; a mí se me atraganta un poco que se carguen tanto las tintas en lo despreciable que era chet baker repitiendo una y otra vez la misma escena con todas las compañeras, esposas, etc.

Visualmente resulta fascinante, la entrevista en coma es tristeza pura y tanto 'almost blue' como las interpretaciones de estudio son escalofriantes.

Carlos.

10:06 a. m.  

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