Magia, quiromancia, patafísica y mentalismo
"Puedo hacer lo que quiera,/ puedo hacer una esfera/ y viajar en su interior/ y llegar a las estrellas.
Puedo hacer que te vuelvas,/ desde dentro hacia fuera/ Puedo hacer que no haya sol,/ puedo hacer que no lo veas/ y que nadie nos recuerde nunca más.
Puedo hacer una prueba,/ puedo hacer que me quieras,/ puedo andar dentro de ti,/ puedo estar en tu cabeza/ y que no mires a nadie nunca más".
("David y Claudia". Los Planetas, 1996)
"Éste es tu teléfono en mi mano, en la de él/ quiromántico,/ va la tuya, y dejará una raya, haz de las suyas,/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico.
Este es su teléfono, poco más sé leer,/ quiromántico,/ corre, ve y dile que me enseñe la cartilla y piérdete,/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico.
Muérete, la línea llega a la muñeca,/ quiromántico./ Hace frío, y con una pluma roja le sonrío,/ y te apunto desde la fila de atrás,/ (quiromántico)/ tengo goma y borra como "las manitas",/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico,/ quiromántico".
("Quiromántico. Sr. Chinarro, 1997)
"Yo sólo quiero operarte, nena,/ será coser y cantar,/ verás que pronto crece en ti el amor,/ tejido de felicidad.
Yo sólo quiero que me quieras,/ darte una oportunidad,/ tendrás el marcapasos del amor,/ transplante de felicidad.
Yo sólo creo que estás enferma,/ tendrás la Ciencia detrás,/ verás el desarrollo del amor,/ tejido de felicidad./ Tendrás el marcapasos del amor,/transplante de felicidad.
Soy médico, cirujano patafísico,/ soy cirujano patafísico,/ y creo que lo tuyo es un mal endémico/ y yo lo voy a erradicar...
Sólo quiero operarte, nena,/ yo sólo quiero que me quieras,/ yo... soy cirujano patafísico".
("Cirujano patafísico". Chucho, 1999)
"Te he estado observando/ atentamente,/ siempre estás discutiendo/ con tus pretendientes.
Y no sé si me toca a mí,/ pero en fin,/ alguien tendrá que decir/ que no tienes razón.
No pongas esa cara,/ que está muy claro./ Tanto arquear las cejas,/ te va a dar algo.
Y total,/ tanto discutir,/ al final te darás cuenta/ de que ya piensas como yo.
Riqueza mental,/ yo te voy a dar riqueza mental,/ vamos a hablar de la riqueza mental.
Riqueza mental,/ yo te voy a dar riqueza mental,/ vamos a hablar de la riqueza mental.
Lo ves como ahora todo/ tiene sentido./ Pues así va a ser siempre/ que estés conmigo.
Y mejor si aún dudas de mí,/ encantado de volverte a explicar lo mismo,/ paso a paso estos silogismos,/ vamos a perseguir la riqueza mental.
Riqueza mental,/ yo te voy a dar riqueza mental,/ vamos a hablar de la riqueza mental.
Riqueza mental,/ yo te voy a dar riqueza mental,/ vamos a hablar de la riqueza mental.
Riqueza mental ..."
("Riqueza mental". Astrud, 2001)
Magia, quiromancia, patafísica y mentalismo. Cuatro puntos cardinales en otras tantas canciones emblemáticas del indie-pop en castellano en dirección única a un mismo destino. Casualidad o no, obsesión generacional o no, sospechas de un mismo fluir de la comunicación entre los cuatro artistas, tal vez. El caso es que en estos cuatro textos se trazan unas líneas comunes, unos ingredientes que llevan a pensar en la canción pop perfecta.
J., Antonio Luque, Fernando Alfaro y Manolo Martínez se sitúan desde un mismo punto de vista: el de un personaje que, a sabiendas de que nunca podrá obtener al sujeto de su deseo por las leyes de la racionalidad y la lógica, se encomiendan a lo esotérico. Todos ellos presumen del dominio de un arte sobrenatural, son como superhéroes con sus superpoderes y saben que, de esa manera, eso no va a fallar.
Pero cada caso tiene sus peculiaridades: J. rompe algo de misterio al haber declarado que "David y Claudia" está basada en David Copperfield y Claudia Schiffer, revelación que le resta encanto a la canción por lo repelente de ambos personajes y porque eso puede evitar la identificación del oyente. Si se olvida este factor, el bombazo emocional es irrefrenable y la idea sigue estando detrás: sólo él pudo conquistarla porque es un mago.
En el caso de Sr. Chinarro, es una letra tan retorcida y críptica que no me atrevo a escribir que realmente tenga algo que ver con esta temática común, pero siempre he querido pensar que sí. En este caso, en el arte de leer el futuro en las líneas de las manos está el poder del personaje, no sólo de anticipar lo que va a pasar sino también de borrarlo.
El que más riza el rizo es Alfaro, ya que él apela a la patafísica, una ciencia inexistente ideada de forma paródica por unos artistas vinculados al surrealismo, dedicada al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones. Para él, pues, la forma de conseguir a la mujer amada es operándola desde la ciencia de la imaginación.
El personaje de Martínez lo hace desde el poder de su mente. Como Uri Geller doblando cucharas, una gran fuerza le llevará a doblegar la voluntad de su víctima para conseguir que esté con él.
Víctimas, efectivamente. Tras el flash enternecedor que, a primera escucha, te lleva a solidarizarte con el protagonista masculino de estas canciones, a desear abrazarle o algo así por ver su frustración ante cómo son las cosas en su vida real y querer transformarla en algo metafísico, artístico, excepcional, contrario a las leyes de este mundo para obtener la felicidad. Suena bonito, suena brillante, sí, pero rascando tras esa capa conmovedora nos encontramos una actitud de búsqueda de nuevas formas de dominio para hacerse con la presa, incluso de forma cruel.
"David y Claudia" es, en realidad, toda una celebración de ese tipo de dominio. "Puedo hacer que no haya sol, puedo hacer que no lo veas". "Puedo andar dentro de ti, puedo estar en tu cabeza y que no mires a nadie nunca más". David enamoró a Claudia, sí, pero ella es ahora una cautiva, una paloma dentro del sombrero del mago, y que -como en los otros tres temas- no tiene voz ni voluntad dentro de la canción (lo cual no quiere decir que no se le atribuya, sino que, simplemente, está en otra parte, fuera de plano, fuera de esos tres minutos y pico).
En "Quiromántico", dentro de ese cripticismo, se ven rasgos de esa superioridad ya típica de las canciones de Chinarro, cuyo personaje en ningún momento muestra síntomas de vulnerabilidad. El uso de las palabras "piérdete" y "muérete" combina el humor del fuera de tono con la violencia verbal.
"Cirujano patafísico" es la más vulnerable de las cuatro canciones. Desde mi tentación de juzgar a los personajes, creo que el de Alfaro es el que más se merece el amor de la persona deseada. Él simplemente cree que ella no le corresponde porque sufre una especie de enfermedad que él se ofrece a curar. La solución, el remedio, no se lo impone: le pide a ella que lo acepte ("yo sólo quiero operarte, nena"), poniendo de manifiesto la dificultad incluso de que ese primer paso se produzca. El poder en esta canción es de la mujer, y él, encima mediante una ciencia que no existe, no busca imponer nada, sino simplemente encontrar un plano de igualdad con ella en el que se construya un tejido de felicidad mutua.
Martínez, en cambio, no es que opine que la chica está enferma. Su problema es que es... debil mental. Y él, de nuevo desde su óptica de superioridad y con su humor característico, le dice que sólo podrá dejar de serlo cuando esté con él porque él precisamente le puede aportar todo lo que le falta a ese nivel.
En los cuatro casos acabo siempre pensando lo mismo: el personaje se quiere creer todo lo que está cantando pero, en el fondo, sabe que es imposible. Tras abandonar el plano de la abstracción mágica, una vez que la canción haya finalizado, en cuanto se baja a la vida real todo va a seguir siendo el mismo mierdoso valle de lágrimas. Y, o te lo curras ahí o te evades con la fantasía. Y en eso radica el poder de las canciones.
Canción del día: "Higher Than The Stars" (The Pains Of Being Pure At Heart)
Frase del día: "El cine digital no es más que vídeo. Eso que lo utilicen en las telenovelas" (Quentin Tarantino)
4 Comments:
Vaya himnos que has elegido. Son temas míticos.
bravísimo.
muy bonito!!!!!
Bonito post, buena literatura...
Saludos.
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