lunes, septiembre 07, 2009

"Antes del atardecer", de Richard Linklater (2004). Las dos edades.

"Los recuerdos son maravillosos si no tienes que afrontar el pasado", le espeta Celine (Julie Delpy) a Jesse (Ethan Hawke) en uno de los momentos de "Antes del atardecer", una de esas pequeñas grandes películas, extrañas y pegadizas, que ayer me ganó más puntos al volver a verla por la tele.

Punto de partida para los desinformados. Este film es la secuela de "Antes del amanecer" (1995), película generacional de culto de aquella época, a la que no sólo supera, sino que incluso da sentido. En aquel título, Hawke y Delpy eran dos estudiantes, estadounidense y francesa, que se encontraban en un vagón de tren haciendo el interraíl entre Budapest y Viena. La acción se reducía a 17 horas en las que los dos jóvenes deambulaban y hablaban por las calles de la capital austriaca condenados a que todo se acabase a la mañana siguiente, cuando él tendría que pillar un avión de vuelta a casa. En lo que era algo así como la visión 'indie' y de generación x, bastante más creíble y realista, del romanticismo que por entonces se volvía de pastel con las pelis de Meg Ryan y compañía, había algo que no me convencía, casi siempre encarnado en el personaje de Hawke: tal vez la sensación de que se pasaba de listo o, probablemente, al final la envidia de que era él quien encarnaba esa gran fantasía, tan precisa, que siempre tuve de vivir una historia similar con alguna estudiante francesa (y TAN parecia al personaje de Delpy en la peli) en un vagón de tren mientras hacía el interraíl por Europa. Quizá era la indignación de ver que un personaje de ficción usurpase tu propios sueños cuando tú mismo los habías soñado antes.

A falta de revisarla (la vi en su momento y no repetí), "Antes del atardecer" me reconcilió con su historia y sus personajes. La segunda parte la supera, en primer lugar, por sus desafíos formales. Los dos personajes se reencuentran nueve años después. En ambos actores ha pasado el mismo lapso de tiempo y han crecido naturalmente, al tiempo que los personajes y los espectadores. Jesse es ahora un escritor de éxito que acude a París a promocionar su última novela (donde convierte en personajes de ficción al Jesse y la Celine de aquella noche en Viena). Ella va a la presentación y eso inicia un largo plano secuencia de hora y cuarto en el que ambos caminan por las calles de París, se sientan en un bar, se suben a un barco o se sientan en el banco de un parque, pero todo ello sin perder la continuidad ni la idea de que todo se desarrolle en tiempo real.

Aunque la primera parte ya tenía un indisimulado aire europeo (pese a que el amor por la verborrea recordase a "Slacker", la primera peli medianamente famosa de Linklater), la segunda muestra más o menos abiertamente la influencia de autores franceses como Godard (por la idea de plantearse reglas y desafíos formales) o Rohmer (por ciertas partes del diálogo, por cierta idea naturalista de la narración y porque, en realidad, éste podría pasar por uno de los fragmentos de "Les rendez-vous de Paris"). Además, los actores se fusionan más fuertemente con los personajes al aportar cosas de sí mismos. Julie Delpy interpreta una canción propia (que, por cierto, tocó en el Primavera Sound en aquel concierto que aún tengo en la memoria), muestra fotos reales suyas, habla con dos personajes que podrían ser sus padres y que interpretan sus propios padres y, esto último no he podido comprobar si es cierto pero pinta que sí: la casa que hace de su casa podría ser la casa real de la actriz. En cuanto a Hawke, los momentos en que habla de su matrimonio fallido podrían recordar bastante a su vida real junto a Uma Thurman.

Pero el mayor peso de la historia radica en lo honesta y creíble que se ve la evolución de los personajes. Todo parte de una larga elipsis de nueve años. Los ahora treintañeros reflexionan en círculos sobre lo que ha sido su vida en esa elipsis, airean sus nuevos pensamientos sobre la vida, sus nuevos conflictos existenciales, cierto malestar, cierto acomodamiento, una engañosa sensación de triunfo, cierta inquietud, bastante pesar y hastío y un montón de cosas que, por una parte, les alejan para siempre de aquella juventud tan soñadora, tan orgullosa y, por qué no decirlo, tan pedante que conjugaba en futuro, pero, al tiempo, no la traiciona: en ningún momento se llega a pensar que los actuales Celine y Jesse no sean los mismos personajes e, incluso, se puede observar que muchas de las cosas que decían en la primera parte se acabarían por cumplir, nuevo mérito de un guión al que contribuyeron los dos actores y cuyos diálogos no tienen prácticamente ningún momento flojo.

Pero la trama también va ganando intensidad dramática a medida que avanza, aquella noche mitificada se acaba revelando como más importante de lo que realmente parecía ser, hasta llegar a un desenlace que, sin dar detalles, se alía con las palabras que, al principio dice Jesse sobre su novela: que sitúa al espectador frente a sí mismo y le descubre como cínico, escéptico o romántico. Y le da ganas de saber qué será de estos dos encantadores desencantados en el espacio de otros diez años.

Canción del día:
"MIA" (Emmy The Great)

Frase del día: "La gente se levanta cabreada por Cercanías, la gripe o lo que sea. Hay un cabreo dirigido por los medios" (Quimi Portet)

6 Comments:

Anonymous banshee beat said...

De acuerdo al 100% con todo lo que escribes

2:32 p. m.  
Blogger supersalvajuan said...

Pelis demasiado lentas.

4:24 p. m.  
Blogger Fernando López Mateo said...

Fenomenal película y perfecto análisis

7:47 p. m.  
Blogger Joxemiel said...

Estoy de acuerdo con tu análisis yo también. Es una película estupenda, muy superior a su predecesora y en mi opinión su filme más redondo hasta la fecha. Junto a In Search of a Midnight Kiss una de las mejores comedias románticas de los últimos años.

Saludos.

3:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

http://www.duncanjdsmith.com/index_en.asp
Este viaje fue mi primer aniversario de boda. Pero acabamos en una pension porque en invierno no se esta para pasar la noche en el parque. Este tio hizo un libro siguiendo las localizaciones en Viennabeforesunrise.pdf, lo que le he seguido y he ido hasta el cementerio de los sin nombre que la verdad es bastante lejos del centro cerca de un molino industrial. Tengo fotos en todas las localizaciones incluso en el numero 8 donde Harry Lyme aparece por primera vez en el Tercer Hombre. Hemos hecho su viaje por ellos en Viena diez años después, el 16 December 2004 (seis meses despues), desde Budapest en tren y en el coche restaurante que sigue igual. I found the record shop and I bought Kate Bloom’s álbum as well. De mis películas favoritas, Rohmer en ingles. Julie Delphy’s Two days in Paris is funny as well. Las guias de Annabel Barber en Blueguides son tambien fantasticas para Budapest, Vienna, Dubrovnik, Krakow y los walks empiezan en un cafe y terminan en otro, muy bien pensado si vas en invierno y las tartas… oh dear!!
Otra curiosidad. Hemos conocido recientemente a Ethan Hawke en el tren to Charlbury con su family of four un domingo de camino a la casa de Sam Mendes y Kate Winsley que estaba haciendo juntos la versión de Chejov’s The Cherry Orchard at The Old Vic. Una de famosos avistados. Sergio V.

2:02 p. m.  
Blogger David said...

Me encanta tu spanglish, Sergio. Un saludo.

2:05 p. m.  

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