Quinquis de los 80
Como ya comenté en algún lugar anterior, lo que más me gustó este año del Sónar no fue tanto el Sónar como la posibilidad de ver en el CCCB la exposición "Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle", comisariada por Amanda y Mery Cuesta. Estará en Barcelona hasta el 6 de septiembre y luego creo que viene a La Casa Encendida de Madrid.
El movimiento quinqui (digamos que una forma concreta de delincuencia juvenil y su cultura asociada) fue un fenómeno peculiar de la Transición española, y parte de los méritos de esta muestra están precisamente en recordarlo ahora que parece que, a la hora de hablar de estos años, la memoria selecciona otros aspectos. Lo que me ha resultado más interesante es el ver lo bien que explica (carteles de cine, recortes de prensa, archivo de vídeos...) la confluencia de circunstancias que llevó a que todo esto sucediera y, a continuación, el impacto que el fenómeno tuvo en la sociedad del momento.
Es interesante pensar cómo los repentinos aires de libertad tras la muerte de Franco se vieron convulsamente enturbiados en una sociedad que no estaba, tal vez, preparada para esa libertad. En primer lugar, la pervivencia del franquismo se seguía manteniendo (sin ir más lejos, en los polígonos y nuevos barrios construidos durante el desarrollismo) y, en segundo lugar, había que adaptarse, en muchos casos de un modo traumático, al nuevo capitalismo. El paro empieza a arreciar en los últimos 70, la conflictividad social estalla. Además, y como bien se comenta en la exposición, en 1975, un 25% de la población mayor de 14 años estaba excluida del sistema educativo. La edad laboral, como la penal, estaba en los 16 años. Sumemos a ello la salvaje irrupción de la heroína en los barrios (quizá la única rémora de la muestra: no explica muy bien cómo se introduce en España) y ya tenemos el estallido de la delincuencia juvenil.
Entonces llega la fascinación que ésta despierta en la cultura de la época. Asociada, por cierto, a otro fenómeno del momento como el destape. En el cine de los 70, sin ir más lejos, esos factores irían indisolublemente unidos para conmocionar a los nuevos espectadores y escandalizar a los antiguos: sexo, drogas y delincuencia juvenil. Las salas de juegos se consolidan como centros de ocio y reunión mientras que el cómic y la música no pueden evitar hacer referencia a ello. En este último aspecto, en los barrios penetra -siempre vía casette- una fusión absolutamente única de un lugar y una época: la nueva rumba, introducida por los gitanos; el punk y el rock urbano, al que enseguida se asociará el heavy metal, la banda sonora hegemónica de la rebeldía en los primeros 80. El Torete, El Vaquilla o El Jaro se erigirán, alentados por el cine, la tele y la prensa sensacionalista (que entonces también surgía, paralela a la del destape) en los nuevos superhéroes de barrio, mitos urbanos que se convertirán en el espejo a seguir por parte de los chavales y que ganan peso en el momento en que todos están destinados a un final trágico. Ya saben: luché contra la ley y la ley venció.
Más cuestionable veo la parte en que se reflexiona sobre la pervivencia del fenómeno hoy día. Puede que las comisarias tengan razón cuando afirman que los códigos de representación de la delincuencia juvenil iniciados en "Perros callejeros", "El pico" o "Navajeros" se mantienen hoy día. Dicen que "de la mano de una nueva generación, se produce una pirueta estética mediante la cual el quinqui de los 80 se erigió en icono castizo cool". Mi impresión -y más agudizada al ver la exposición rodeado de modernas- es que ahora, con la distancia temporal y los cambios sociales (vivimos en una sociedad más higiénica en la que el consumo desenfrenado y el imperio de las grandes marcas ha garantizado la paz, o al menos cierto tipo de paz, y en que la mirada irónica es la predominante), se observa todo aquello como un fenómeno kitsch para echarse unas risas. Se despoja de su valor anterior y se queda en lo superficial y lo estético para buscar el chascarrillo de after-casa e ir de guay en las redes sociales. Un ejemplo es el propio concierto de presentación de la expo que se hizo en el cccb y del que hay imágenes en el canal de Youtube que ellos mismos han montado.
Mientras nos distanciamos y nos mostramos ajenos al trasfondo trágico de aquellos años de depresión económica y social, inseguridad ciudadana, muertes prematuras, vidas destrozadas y cucharas impregnadas de heroína, quizá no estaría mal que todos hiciésemos un poco de autocrítica.
Canción del día: "Musician, Please Take Heed" (Gold Help The Girl)
Frase del día: "¿Sabes qué es el capitalismo? ¡Que te follen!" (Tony Montana en "El precio del poder")
9 Comments:
Hola,
es interesante tu articulo aunque hay algunas cosas que me chirrian un poco. Cuando dices que "...una sociedad que no estaba, tal vez, preparada para esa libertad" no se a que te refieres. Supongo que no insinuas que la sociedad tenia que esperar más tiempo para recuperar las libertades sociales. Es lógico que haya una transición de de un régimen a otro, pero creo que las sociedades están siempre preparadas para obtener su libertad.
Por otro lado dices que "...había que adaptarse, en muchos casos de un modo traumático, al nuevo capitalismo", que yo sepa España ha sido siempre un país capitalista, con dictadura y sin ella, no se a que capitalismo había que adaptarse, en los setenta si hubo una profunda crisis económica por culpa del petroleo y es ahí donde empieza a fraguarse el modelo económico que se ha tambaleado ahora.
Siento la chapa. Bonito articulo.
Saludos
Hola!
Con lo de que no estaba preparada para tanta libertad me refiero a la pervivencia de muchas cosas del franquismo, que se siguieron manteniendo durante muchos años. Quizá debería matizarlo y, en lugar de hablar de falta de preparación, hablar de la falta de costumbre y del choque que se produjo entonces.
Con lo del nuevo capitalismo puede que tengas razón.
Gracias y saludos.
Afinando más: el choque que se produce entre la promesa de ser libre y unas estructuras sociales que te impiden serlo.
Quinquis dos 80 que moitos aínda andan dando bandazos por aí, podemos dar nomes... moi bo o artigo Deivid.
Unha aperta.
Luís
Gran definición. Capitalista, por supuesto.
gustoume a entrada deste blog sobre a mesma exposición:
http://ofunambulistacoxo.blogspot.com/2009/06/de-arte-mercadorias-e-suxeitos.html
Saúdos.
Los quinquis & la sociedad.... que alivio, ahora mi hijo puede ir al parque a jugar, ya no hay quinquis, murieron por la droga. Ahora los hijos de éstos no van a jugar al parque, se quedan en casa con internet creando un personaje virtual de estética quinqui.
David excelent post. Como un buen chef critico a lo Rattatuille, me has hecho retroceder en el tiempo y recordar las carteleras del Cine Goya donde vivi el verano mas largo de mi infancia. Por las noches oia por el patio de luces escenas de sexo y violencia, entre las risas de El Donante y y los silencios de El Pico y el Crimen De Cuenca preferia que el publico se callara y me imaginaba cosas que no podia ver. Mas tarde recuerdo cheat a mis padres cuando se les escaparon desapercibidos los dos rombos de Perros Callejeros (1978) ya en TVE. En la famosa secuencia, mi madre advirtio: “esto no es para ninos” y tuve que esperar algun tiempo para poder ver acabar la pelicula. La influencia de Jose Antonio de la Loma en el cine latinoamericano (Amores Perros) es indiscutible y me atrevo a elevarlo al titulo del Pasolini Nacional. Eloy de La Iglesia es simplemente el director mas comprometido de la transicion y sin la pasta ni mano de Querejeta. Entre Colegas y el Jaro hay un poco como el abismo que hay entre Historias del Kronen y Salto al Vacio a mediados de los noventa. Sus trabajos van mucho mas alla de la denucia social y del cine de culto mientras todos los de nuestra generacion tendremos grabado en nuestras retinas la secuencia de Perros Callejeros, El tripi de Navajeros, o el aparato en los dientes de Maribel Verdu como las tetas de la estanquera de Amarcord. Recomiendo revisar este cine una y otra vez que se exhibe internacionalmente tanto como parte de el BFI “Uncensored Spanish Cinema” en Londres como en el Walter Reader en NYC “Forbidden Catalan cinema under Franco”. Si mal no recuerdo el termino que el CGAI dio a este genero fue de “cine del desarraigo” que quiza sea mas apropiado en terminos de desarraigo social, que “quiquis de los 80” que suena mas a Izaro Films y las bragas magicas. Y Sonia Martinez... our P.J. Harvey.
Sergio V
Dejando las peliculas de lado, pienso que esto no fue un problema unico de la sociedad espanola de los 80. Las libertades individuales pueden verse mucho mermadas hoy que en los dias de la Bola de Cristal en Espana. Un ejemplo de hoy en dia y en presunta democracia es la generacion ASBO en Inglaterra con su arresto domiciliario de adolescentes desviados. Un ejemplo, si vas al muelle en bici y te acercas mucho al borde sabes que te puedes caer al agua, pero si lo cierras al publico nunca conoceras ese peligro. No ensenar los porblemas no ayuda a paliarlos. Entre Verano Azul y Chocki hay una cultura por delante. Papa estado a veces no es lo mejor. Video recomendado: The Fox from Shefield - Richard Hawley "Tonight the streets are ours" Estas politicas solo dan cifras de mas 100.000 drogadictos de 11 anos y muchas mas madres de 12. Eso no era lo comun en la Espana de la transicion aunque estoy de acuerdo que en la Sagrada siempre hubo que andar por la mierda sin pisarla. Aunque los verdaderos quinquis no vivian alli (con las victimas sino de las victimas) sino que se encontraban en otros estratos de la sociedad incluso educandonos. Volviendo al cine, el ”Me llevo la paga..” de “La Mala Educacion” de Almodovar retrata bastante bien este tema en la sociedad gallega. Siento la chapa pero para eso es este espacio y estoy aburrido en el curro. Sergio V
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