"Coraline", de Henry Selick. Ella está detrás de la puerta.
La Alicia de Lewis Carroll, "El viaje de Chihiro", Edward Gorey, Tim Burton, "El laberinto del fauno", "El orfanato"..., son referentes que afloran en varios momentos de esta película, algunos anteriores y otros posteriores a la novela original del gran Neil Gaiman.
En ese sentido, la estupenda adaptación visual en stop-motion de Henry Selick ("Pesadilla antes de navidad", "James y el melocotón gigante") es una apuesta sobre seguro: quizá no aporte demasiadas cosas excesivamente nuevas a quien ya esté familiarizado con ese tipo de imaginario, pero es una gozada de principio a fin para quienes lo adoramos.
"Coraline", pese a su apariencia de película infantil, es una fábula moderna de tono profundamente siniestro, una exploración de la fantasía y los miedos infantiles, en un caserón muy gótico con una puerta que conduce a una realidad paralela, el mito del doppelgänger encarnado en los peligros de encontrar lo que deseas con botones en los ojos. El aire de pesadilla, además, crece desde el momento en que el punto de partida es el aburrimiento de la niña protagonista, ya en esa edad en que empieza a rebelarse ante unos padres cuyos defectos magnifica, y que también adquiere un tono triste en la decadencia que asola a todos los personajes secundarios.
Por cierto, la vi en versión 'normal' y me aventuro a decir que con el camelo sacacuartos del 3-D no creo que gane mucho.
Canción del día: "Wifi no Casal" (Emilio José)
Frase del día: "¡Se acabó! ¡Voy a actuar como mejor hacemos los norteamericanos: unilateralmente!" (Homer Simpson)
2 Comments:
Homer, el ideólogo.
Coraline suena a más de lo mismo, pero a los adultos nos encanta que nos lean siempre el mismo cuento antes de dormir.
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