"Al otro lado", de Fatih Akin. Espalda de persona mirando al mar.

(Con reflexiones susceptibles de ser tomadas como spoilers, pero sin desvelar nada del argumento)

Llegué tarde a "Contra la pared" pero, cuando la rescaté en DVD, me quedé absolutamente arrebatado ante tan demoledora película. Fatih Akin ha dicho que era la primera de una trilogía sobre el amor, la muerte y el mal. La segunda -que se estrena aquí el 14 de marzo- es "Al otro lado", y certifica el flipante talento de un cineasta que no echa el freno de mano, que llega hasta los extremos para alcanzar con mayor crudeza la verdad (o la incerteza, que es otra verdad) de las cosas y conseguir que la emoción entre con más impacto, que nos deje noqueados.

Este nuevo film no tiene, sin embargo, la visceralidad de "Contra la pared", sino que busca una perspectiva más reflexiva. El director, de hecho, dice que está muy influida por la lectura de "El arte de amar", de Erich Fromm, y conduce a una necesidad de reconciliación y concordia en un mundo tan fragmentado como el del propio Akin (alemán de padres turcos). Precisamente, esa fragmentación la estructura de un modo que, a estas alturas, puede parecernos poco original pero que sigue siendo muy efectivo: el cruce de vidas y la concatenación de acontecimientos, con el azar ejerciendo de maestro de marionetas. No es de extrañar, entonces, que en los agradecimientos finales de los títulos de crédito aparezca citado Guillermo Arriaga, guionista de "Babel" o "Amores perros". Como en las obras del mexicano, Akin también estructura su historia en tres actos y, al tiempo, conecta con toda una escuela narrativa europea que -considero- englobaría al Milan Kundera de "La insoportable levedad del ser", el Kieslowski de "Tres colores", Julio Medem y el Michael Haneke de "71 fragmentos para una cronología del azar".

"Al otro lado", inteligente, sensible y lúcida, habla de muchas cosas al mismo tiempo: de gente que busca a gente y buscando a esa gente se busca a sí misma, de los conflictos entre culturas y la negación/aceptación de los orígenes, de los límites del idealismo, de la inmigración en occidente y la pervivencia de muchas formas de explotación, del fundamentalismo islamista o de la cultura y la educación como herramientas primordiales para la liberación de las personas.

Todo eso, además, en unos ambientes que se respiran y se sienten. Y con música de Shantel: algo que vuelve a demostrar el impecable gusto de Akin también a la hora de diseñar sus bandas sonoras.

Fatih Akin: "Me gustaría cambiar el mundo, pero, ¿me convierte eso en una persona políticamente comprometida? La película quiere cambiar el mundo, pero, ¿la convierte eso en una película comprometida? Me parece más filosófica pese que creo que, hoy en día, todo es político. Tengo ideales, pero puedo cambiar de opinión mañana, y me esfuerzo en no ser dogmático. Sea cual sea la creencia de las personas, religiosa o política, todo tiene límites, todo sigue un camino. Quería hacer una película que fuera a contrapelo de la anterior, con cierto distanciamiento, poniéndome en lugar del espectador. Pero no es posible. El intelecto no siempre decide. Hay otra parte de mí en la película, una mucho más irracional, que surge del corazón".

Trailer: http://www.pandorafilm.de/index.php?option=com_content&task=view&id=18&Itemid=4

Canción del día: "Envejece" (Refree)

Frases del día: "La inteligencia es sexy"/ "Cuando una persona lucha apasionadamente por una causa, se vuelve sexy" (Fatih Akin)