¿Entonces no mola el cine español?
Las voces de alarma parecen haberse puesto de acuerdo en que el cine español está en plena crisis, sobre todo tras la famosa encuesta ésta que decía que la gente prefiere mil veces antes el cine yanqui porque las españoladas (término que parece oportuno volver a utilizar) son aburridas, recurrentes y no le interesan al público. O, al contrario, son tan elitistas e intelectuales que interesan aún menos.
Al tiempo, los distribuidores han aprovechado el percal (estadística mediante) para decir que ya está bien de cuotas de pantalla, que prefieren poner la nueva de Harry Potter en cuatro pantallas de su multicines de doce antes que destinar una sola de ellas a una producción de aquí, porque la sala se les queda vacía y que ya está bien de subvencionar películas con lo caras que son. En esto último, miren por dónde, estoy de acuerdo: hacer cine es muy caro e igual el dinero público debería invertirse en otras artes mucho más desamparadas. Otra cosa es que haya que eliminar la cuota: es la misma cantinela de siempre. ¿La gente no ve pelis españolas porque el producto es de mala calidad o no las ve porque no se hacen productos para el público? ¿La solución para entrar en la competencia de libre mercado es hacer más pelis como ésta de "Café solo o acompañado" o en plan "Torrente"? Es más: gracias a la cuota de pantalla se pudieron estrenar pelis como "La leyenda del tiempo", que duró... ¡una semana en las grandes capitales! Sin cuota, NADIE habría tenido la oportunidad ni siquiera de verla. Tampoco, en su momento, se habrían podido estrenar títulos como "Arrebato", "El espíritu de la colmena" o "El desencanto", por citar los primeros que se me ocurren. ¿Mantenemos unos mínimos de proteccionismo cultural para defender a las minorías que quieren ver otro tipo de cine -y ya no me refiero solamente al español- o firmamos la claudicación final ante los productos industriales traidos a saco por las grandes distribuidoras de Holywood y dejamos que sólo se pueda ver un determinado tipo de cine?
Mientras sigo dando vueltas peregrinamente a esa idea más antigua que las lentejas, me doy cuenta de que, efectivamente, el cine español está muy mal. De hecho, en lo que llevamos de año sólo he visto tres pelis hechas aquí (sobre un total de 30, aproximadamente) y la cosa no está para echar cohetes, salvo en una honrosa excepción. Más o menos, mis impresiones son éstas.
La soledad (Jaime Rosales).
A favor: El extremo riesgo de la propuesta, el naturalismo de situaciones y diálogos -ajenos a cualquier tipo de glamurización-, el uso poco obvio de la polivisión, la contención narrativa, un guión durísimo y diferente, la finísima inclusión de humor en situaciones y diálogos que atenúa el dramatismo de lo que se cuenta, la sensación de ver algo completamente nuevo (ya no sólo en España)
En contra: El extremo riesgo de la propuesta y el mal cuerpo que te deja. En la crítica del Rockdelux acusan al director de utilizar ese punto de vista triste y feísta (yo lo califico de realista) para posicionarse por encima de sus personajes, como si viniese a decir "pobre clase media, tan aburrida, tan triste, tan desesperanzada, yo soy mejor que ellos" y bla, bla, bla. Discrepo porque creo que, a pesar del distanciamiento, a los personajes, especialmente las dos protagonistas, se les confiere una gran dignidad. Son, de hecho, heroínas en estado puro aunque no hagan lo que suelen hacer las heroínas típicas de película:
En resumen: un 8 sobre 10. Altamente recomendable pero sólo si se tienen suficientes agallas para verla (deja hecho polvo) y si uno está acostumbrado a este tipo de cien. Artística y sociológicamente, de nivel muy alto, y con hallazgos a nivel formal y de contenido que a mí me transmiten mucho más que Antonioni, Bergman o Kiarostami, por poner los tres primeros ejemplos que se me han venido a la cabeza.
Bajo las estrellas (Félix Viscarret)
A favor: la interpretación y el personaje de Alberto San Juan, cierta originalidad en algunos aspectos del argumento y el equilibrio entre humor y drama. Emma Suárez, tan bien como siempre.
En contra: en el fondo, el argumento no es tan nuevo, no siempre engancha del todo y se queda, finalmente, en una película agradable para pasar el rato pero que no perdura en la memoria. Acusa 'tics' de comedia española de última generación que pueden echar un poco atrás. Es, finalmente, autocomplaciente y previsible. Y, por último, esa canción de Enrique Morente en inglés (¿cómo picó?) es para ponerle una denuncia.
En resumen: un 5 sobre 10. Lo dicho: agradable y para pasar el rato, aunque probablemente la historia sea más entretenida que "Shrek 3", "Piratas del Caribe 3" o la nueva de Harry Potter.
Ladrones (Jaime Marqués)
A favor: El guión es bastante novedoso, poco complaciente y bastante inteligente (capta muy bien ese perturbador filo entre deseo sexual y delincuencia/ desviación de las normas). Que demuestra que se puede hacer cine juvenil de acción/ intriga que sea interesante, sin caer en clichés ni tomar al espectador por bobo. Las estupendas interpretaciones de Juan José Ballesta y María Valverde, como unos Bonnie & Clyde adolescentes en Madrid.
En contra: que hay cosas poco creíbles (ese anticuario con acento extranjero y todo lo que le rodea), ciertos puntos recurrentes con reminiscencias de "Pigmalión" y "La dama y el vagabundo" (el chaval lumpen y desviado socializa en la delincuencia a la niña pija, que no puede evitar mojarse las bragas con el joven ladrón) y, especialmente, la cargante estética publicitaria con exceso de énfasis: mucha música rimbombante, mucha cámara lenta y mucho plano en plan "qué místico y qué importante es lo que os estoy contando". Un tratamiento más neorrealista (o sea, esta misma historia contada por Erick Zonca, no tanto por Fernando León porque se pondría estupendo en los diálogos) le habría favorecido mucho más. Pero Zonca ya hizo su película: "El pequeño ladrón", y no necesita volver a hacerla.
En Resumen: 5 y medio sobre 10. Recomendable para llevar a tus primos/ sobrinos o lo que sea de entre 15 y veintitantos, sobre todo si no han visto mucho cine, y que vean una historia que les puede resultar más cercana y atractiva que la mayoría de las que les cuentan en el cine. Luego ponerles el DVD de "Ladrón de bicicletas" para que vean cómo una buena historia, cuando te la cuentan mejor, es mucho mejor historia.
Canción del día: "Weight Of The World" (Editors)
Frase del día: "La solución al nacionalismo está en el océano" (Björk)
2 Comments:
http://maleducados.blogspot.com/
te mencionan
En mi humilde opinión, el problema radica, una vez más, en cargar los costes de la protección, injustamente, sobre quién asume los riesgos: el empresario/exhibidor.
¿En función de qué principio se puede obligar a un ciudadano, en calidad de empresario particular que pone su dinero en su negocio, a exhibir un producto que no tiene salida? ¿Te imaginas, David, que el Estado te obligase a escribir críticas sobre cine español que luego no pudieras colocar en el mercado? ¿Por qué hacerle a uno responsable del negocio de otros?
¿Solución? Que los productores españoles se financien sus salas de exhibición y/o que el Estado se las subvencione/financie. A ver si aguantan.
Publicar un comentario
<< Home