Disco del mes. "Labrador 100, A Complete History Of Popular Music"
Suecia, ese país modélico en tantos aspectos de bienestar socialdemocrático y civilización, ese lugar cuya mayor capacidad de provocación surgió con las pajas mentales filosóficoexistenciales de Bergman y que ha dado nombres tan importantes a la cultura pop como Abba, sólo podía tener un indie como éste.
Porque el sonido de Labrador, quintaesencia de la escuela indie pop sueca actual, es el sonido ensoñador de una sociedad acomodada cuyas mayores preocupaciones son los sueños vacacionales al sol, alguna frustración sentimental y, si tal, alguna escapadita gamberra con ironía en plan "fuck and run". Tan fácil... y, sin embargo, tan difícil de llevar a buen puerto, de hacerlo con buen gusto, delicadeza y un encanto especial que no lo haga caer en el mayor de los ridículos.
Johan Angergard, componente de Club 8, Acid House Kings y The Legends, creó el sello en 1998 a imagen y semejanza del británico Sarah Records: buscaban a grupos sensibles, con personalidad y capacidad de conmover. Ahora celebra haber llegado a su referencia número 100, y lo hace con una exquisita caja de diseño arquetípicamente escandinavo. En sus cuatro cds se hace un recorrido completo por la historia del sello, desordenado cronológicamente. Esto es: cada cd cubre una etapa (octubre 98-agosto 02, septiembre 02-octubre 03, octubre 03-abril 05, mayo 05-febrero 07) pero, dentro de cada uno, las canciones no van secuenciadas por el orden en que se editaron. Finalmente, hay 100 temas, representantes de cada una de las referencias editadas por Labrador, con una pequeña trampa: si la referencia 100 es éste recopilatorio, el tema 100 es "We Made The Team", un inédito de este mismo año de The Radio Dept.
Es ésta, precisamente, la joya de la corona, la mejor banda que ha tenido nunca el sello y la que le ha dado mayor proyección (tres de sus temas aparecen en "Maria Antonieta"), aunque no la más representativa: ésas serían Club 8 y Acid House Kings, quienes probablemente aporten los hits más claros de la caja, además de los ahora olvidados Waltz For Debbie (maravillosas "Once Upon A Time" y "He Loves Anna") o Mondial. Una de las características mejor logradas de Labrador fue, precisamente, la del convertir en más que natural la transición del pop de guitarras lluviosas a un clubpop de alegría melancólica que evidenciaba el amor a Saint Etienne y Pet Shop Boys por encima de todas las cosas. Nadie como The Legends -al igual que los británicos The Field Mice como espejo en que mirarse- puede haber encarnado mejor esa transición.
Tribeca es otro de los grupos que han obrado con inteligencia en los dominios del synth-pop, a quien aportaron algo más de ironía punzante, y abren una nueva etapa en el sello, la de los 2000, más abierta a salidas de tono: ahí está el extraño pop en suco de [ingenting], la locura de Suburban Kids With Biblical Name, el pop atontado y eficaz de Loveninjas u, ojo, su nuevo fichaje, The Mary Onettes, cuyo único tema incluido, "Lost", abre boca ante algo que puede estar muy bien.
Aspiraciones para una sociedad en crecimiento: tener buenos servicios sociales, cultura democrática desarrollada, calidad y nivel de vida, chicas y chicos altos, rubios y guapos, bajos índices de criminalidad, respeto ecológico y urbanístico, todas las necesidades sociales cubiertas, libertad sexual, muebles chachis y baratos y un sello como Labrador: el sonido de la utopía después de haber alcanzado la utopía.
Canción del día: "Fire It Up" (Modest Mouse)
Frase del día: "La publicidad es un reflejo muy automático de la cultura de un pueblo, y los anuncios nos hablan directamente como gilipollas" (Kiko Veneno)
3 Comments:
Uno de los grupos más interesante de Labrador es también el menos nombrado, Chasing Dorotea. Curiosamente éstos eran bastante tristes, lejos del rollo hedonistas de los grupos de Ângergard.
Además de poco nombrados, no le debían gustar mucho al jefe: no aparece ningún tema suyo en la recopilación.
ufff, suerte que no viste a los Mi and L'au el vierrnes, porque además de que después de ver a Marianne fue un bajón tremendo, me confrimó que los nórdicos están un pooco mal. Demasiado tranqui para mi gusto.
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