Más sobre Pixies (y, sniff, Sugarcubes)
Nunca creí que podría ver a los Pixies en vivo. Conocí a la banda en julio del 89, cuando fui por primera vez a Inglaterra (Oxford). "Doolittle" estaba recién editado y era la sensación del momento por allá. Fue la época en que comencé a comprar el NME y el Melody Maker y estaban hasta en la sopa. Historias como la de aquel concierto en que habían decidido hacer el repertorio en estricto orden alfabético (y al día siguiente, lo mismo pero al revés, incluyendo un bis inverso. Es decir: comienza el concierto, tocan un tema y se piran, luego vuelven y hacen el concierto entero) me hacían tanta gracia que empezaron a convertirse en un mito para mí. Eso, y lo simpáticas que ya me parecían sus portadas.
Que ahora recuerde, tocaron en España en el 90 y el 91, pero desde mi Coruña y en aquella época era completamente imposible para mí pensar en verlos. Recuerdo que en verano del 91, una semana que estuve en Valencia, vi un cartel anunciando un tremendo triple concierto de Pixies, Happy Mondays y The Farm, aunque era anterior a mi estancia y, además, creo que se había suspendido por algo.
Lo más cercano pudo haber sido en el 92. Me tiré la manta a la cabeza para ver a U2 en San Sebastián. Pixies habían sido sus teloneros unos meses antes en la rama americana, pero no vinieron a Europa. Es más, aquella fue la última gira de los de Boston.
Hasta 2004. La noticia de que tocarían en el Primavera de aquel año fue un notición, aunque también tomado con las lógicas reservas. Antes, ya había podido ver a Frank Black & The Catholics un par de veces y ahora tengo que hacer una confesión: me emocionó más ver a Black en Arena tocando "Monkey Gone To Heaven" o "Gouge Away" que posteriormente a los Pixies en Barcelona. Supongo que por lo inesperado de aquella primera vez o porque lo del Primavera, en realidad... bueno, no era un bluff pero tampoco lo que había soñado.
Lo que había soñado era perder el control, los estribos y todo lo que hiciera falta, desgañitarme mientras el grupo atacaba los temas de forma gloriosa y salvaje. Pero me encontré con un concierto en plan estadio, hasta arriba de gente, a kilómetros y sin captar ni la mitad de aquella energía. Lenore, que los vio más de cerca, tuvo la suerte de ir a su concierto del 91 con Killing Joke y decía que se notaba el paso del tiempo y que la banda no tenía la misma fuerza. Pese a todo, a mí me pareció que el repertorio había sido bueno y parecía que la banda había cumplido bien la papeleta. Pero me agobié.
Como César se los había perdido por una boda, acordé ir con él y con Marta a verlos a Lisboa (cualquier excusa para verlos en mejores condiciones es buena y cualquier excusa para ir a Lisboa es doblemente buena). También estaba abarrotado, pero nos pusimos más cerca, el concierto fue mejor, lo disfruté más y encima terminaron con "Tame", que es un inmejorable exabrupto final.
La tercera ocasión volvió a suceder en Portugal, Paredes de Coura. Y fue la mejor de todas y la más cercana a aquel sueño de antes. Alberto, otro ilustre pixiémano, también estaba ahí. Boté, me desgañité, volvieron a tocar "Tame" y me lo pasé en grande. Además, antes habían tocado The Arcade Fire, lo cual ya roza el orgasmo. Sólo falló que Ashtray Girl se hubiese rajado de ir. Aquella noche, por cierto, recuerdo volver en un coche uno de cuyos integrantes era el Hematocrítico, visitante de este blog. (Cielos, acabo de encontrarme con la rima "noche-coche", una de las más sonrojantes del pop español. Juro que no era premeditada).
De la cuarta vez, igualmente frustrante, ya hablé con motivo del último Fib. Una pena, porque la cosa iba muy bien pero se quedó en gatillazo a contratiempo. No está mal, de todos modos, ver cuatro veces la resurrección de los Pixies digamos que con un 50% de efectividad. Ah, y para esos visitantes puntillosos que sé que existen: en dos ocasiones pagué entrada.
Pero a lo que en realidad iba hoy. En uno de esos NME leídos en Oxford en el 89 se anunciaba el festival de Reading de aquel año. Los cabezas de cartel eran Pixies, New Order (época "Technique") y The Sugarcubes. Un grupo que entonces ya me encantaba, los había seguido desde que empezaron a sonar en Radio 3 y me había comprado el "Life's Too Good" en vinilo por Discoplay. Incluso tenía grabado el especial que les habían dedicado en "Metrópolis". Pero nunca intuí que Björk llegaría a convertirse en mi artista favorita ni, mucho menos, que los Sugarcubes se reunirían casi 20 años después.
Esta noche se reúnen los Sugarcubes para celebrar el 20 aniversario de la edición del single "Birthday" en Islandia y de la creación del sello Bad Taste. Tocan en Reykjiavic teloneados por el segundo mejor grupo islandés de la historia: múm (sé que aquí puede haber una pequeña polémica, porque alguien saldrá diciendo que Sigur Rós son mejores y no se qué). Dicen que será un concierto único y no más, aunque de ocasiones como éstas han surgido posteriores giras de reunión. No sé si la deseo o no, aunque me habría gustado ver a Björk cantando ahora "Birthday", "Sick For Toys", "Regina" y tal. Bueno, siempre podré volveros a dar la vara con aquella historia de cuando vi a Björk en el Liceu y bla, bla, bla. Si algún día tengo nietos se van a cagar.
Canción del día: por supuesto, "Birthday" (The Sugarcubes)
Frase del día: "Resulta que los andaluces han desafiado toda la vida el sistema de trabajo capitalista de un modo muy intuitivo que es pasar de todo; que trabaje otro" (Jota)
Famosos avistados: Juanma Bajo Ulloa (Gran Vía)
2 Comments:
por añadir datos al riguroso post sobre los pixies: servidor los vio con killing joke, y también la vez anterior, en studio 54 con the pale saints como teloneros (doble cartelazo!).
ya sabes que nunca me arrepiento de lo que hago, o en este caso de lo que no hago, pero por una vez......joder tenia que haber ido!!!un beso
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