jueves, noviembre 16, 2006

"loudQUIETloud. A Film About The Pixies", de Steven Cantor & Matthew Galkin. Esplendor americano.

Que ahora mismo recuerde, ya se han editado tres dvd's con diferentes testimonios de lo que ha sido la gira de reunión de los Pixies. Además del DVD de 4AD que repasa su historia anterior. "loudQUIETloud" es diferente: originalmente concebida para ser estrenada en cines, llega ahora a España directamente en DVD.

A priori, es el típico documental de gira. Comienza con un tópico sobreimpresionado (la ya célebre frase de Kurt Cobain, "Simplemente estaba intentando copiar a los Pixies"), y sitúa el comienzo de la historia en marzo de 2004, cuando la banda inicia los ensayos para su gira de reunión. No se dan demasiados datos sobre nada en concreto: simplemente se persigue a los cuatro componentes de la banda en diferentes momentos y se captan retazos de su vida en un momento aparentemente tan trascendental en su vida.

Quizás lo más destacable es que las escenas con Charles (Frank Black-Black Francis) son las que menos se quedan en la retina, a excepción de su entrevista telefónica con Mark Beaumont del NME ("no me gustaba la forma en que Kim me miraba", le dice, en un momento, como justificación por haber disuelto la banda) o el momento en que se mete en una litera de su autobús de gira con un I-Pod y se pone a berrear frases de autoafirmación.

A Joey Santiago lo vemos junto a su esposa, con su proyecto paralelo, tocando en un Virgin Megastore. Más adelante, asiste a una ecografía de su esposa, junto a su hijo, para ver si lo que viene es un hermanito o una hermanita. Ya de gira, se le ve que lo más importante es el contacto, por el medio audiovisual que sea, con su familia.

Kim Deal lleva de gira a su hermana Kelley y su madre. Pide que en los camerinos no haya alcohol y, en un momento de la peli, confiesa que su mayor logro como persona no tiene nada que ver con lo musical: es haber conseguido rehabilitarse. Giran en un autobús diferente al resto de la banda y, mientras tanto, van componiendo temas para el próximo álbum de The Breeders mientras se atiborran a cerveza sin alcohol.

David Lovering es adicto al valium, no para quieto con las baquetas en ningún momento y, a la mínima, aprovecha para hacerle trucos de magia a quien se le cruce por delante. En algunos conciertos telonea a los Pixies con su extraño espectáculo mágico-científico-musical. En un momento de la gira, le dicen que su padre sufre un cáncer incurable.

Estamos, pues, ante la perfecta alternativa de Spinal Tap tomada desde una perspectiva tan desmitificadora como extraña. Estamos ante la crónica de un hecho excepcional, uno de los más comentados del circo rock en los últimos tiempos, y la impresión que da es de una relativa normalidad. La banda más influyente de los 80 y los 90 (algo que consiguió con cuatro álbumes en seis años de carrera) regresa 12 años después y toca ante audiencias muchísimo mayores que les veneran cuando fueron (bastante) ignorados en su momento. Una de las reuniones más esperadas de la historia.

No hay ninguna reflexión de impacto sobre ello. Simplemente, se retrata la vida en la carretera de cuatro personajes de mediana edad, con sus rarezas y sus disfunciones, haciendo su trabajo de la mejor forma posible al tiempo que van solventando como pueden sus problemas personales. Nunca fueron cool. Entre 1988 y 1991 era el mejor grupo de rock del mundo, el más atrevido, desafiante, original y arrebatador, pero salían al escenario vestidos como en la sección de oportunidades del Carrefour (o su equivalente en la yanquilandia profunda) y sin hacer ningún tipo de aspavientos de estrellas. Tres lustros después, están más gordos y/o calvos, cada uno va a su bola y, cuando están juntos en una habitación, reinan los silencios y los tiempos muertos.

También hay imágenes de los conciertos. Pocas y no demasiado representativas. Pero sirven para ver cómo unos fans mayormente jóvenes los miran con admiración desde la platea, y también, como si al verlos les diese vergüenza perder el control. En otro de los mejores momentos, Kelley Deal se pasea por el público que hace cola en la Brixon Academy y les va preguntando por qué creen que los Pixies se han reunido.

A nadie le queda ninguna duda después de ver este documental, que finaliza con otro texto sobreimpresionado: a primavera de 2006, la banda todavía no ha discutido seriamente si grabará canciones nuevas.

Canción del día: "Nimrod's Son" (Pixies)

Frase del día: "Cuando cantas canciones, la gente piensa que tú eres como las canciones que cantas" (Bono)

Famosos avistados: Elena Anaya (Calle Preciados)


2 Comments:

Blogger joan said...

Este verano, antes mi petición para grabar el concierto del FIB, su manager de toda la vida (Ken goes, anything goes) contestó: Thank you for the offer to record, but the Pixies already have two DVDs in release and two more DVDs set for release this summer and fall. There is no need for more live footage of the band.
Eso sí, en la rueda de prensa del FIB dijeron que se iban a juntar a grabar en casa de Kim, y que si no era una mierda lo editarían.

5:49 p. m.  
Blogger joan said...

ante mi petición, no antes...

5:50 p. m.  

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