martes, octubre 25, 2005

Alrededor de "Garganta Profunda"

Se está proyectando en un cine madrileño "Dentro de Garganta Profunda" (Fenton Bailey & Randy Barbato, 2005), un documental que intenta analizar el impacto social y humano que tuvo la peli más famosa del cine porno. Dirigida por Gerald Daminaro y estrenada en 1972, se filmó en 6 días por 25.000 dólares y recaudó 600.000, lo que la hizo, todavía a día de hoy, la más rentable de toda la historia del cine en general. Aunque el porno existe prácticamente desde principios del siglo XX, "Garganta Profunda" lo inició tal como lo conocemos ahora, aunque para decir eso tenemos que aislar el contexto social en que fue creada. Son los últimos coletazos de la revolución sexual y hay una cierta apertura con temas que anteriormente eran considerados tabú, pero eso no ha erradicado, ni mucho menos, una sociedad profundamente conservadora y puritana. En esos momentos, hay una pornografía oficial, que son las películas educativas sobre sexualidad, así como revistas naturistas, y el resto está prohibido o sin regular. En este aspecto, me viene a la cabeza una de las mejores canciones de David Gedge con Cinerama, "Health And Efficiency" (sobre las primeras experiencias sexuales en compañía de una revista así titulada).
"Garganta Profunda", muy sucintamente, va sobre una tía que tiene el clítoris en las amígdalas. Lo que a primera vista parece una simple frikada, tenía connotaciones mucho más profundas, valga la redundancia. En primer lugar, y tal como atestiguan algunas de las más luminosas especialistas en sexualidad y feminismo (Camille Paglia, entre ellas), la simple concepción de que existiese el orgasmo femenino no se entendía socialmente, ni mucho menos que se produjese en el clítoris y no mediante el coito. Por otro lado, se pueden imaginar cuál era la forma más guay de que Garganta Profunda lo obtuviera: chupando una gran polla hasta el fondo. Y la felación, faltaría más, tampoco se entendía socialmente. La persecución a la que fue inmediatamente sometida la película por parte de las autoridades (se prohibió en 23 estados de Yanquilandia), creó un movimiento paralelo de defensa -columna titulada "Porno Chic" incluida en el NY Times- por parte de los movimientos más progresistas. De repente, intelectuales y mujeres de clase media acudían a los cines de barrio más malolientes para legitimar la película y, de rebote,hacerla multitaquillera. No obstante, había quien opinaba que el film no liberaba a la mujer en absoluto. Según la escritora Erica Jong, el argumento cumplía la fantasía sexista de pensar que una mamada satisfacía a la mujer tanto como al hombre. Una vez la administración Nixon fue directamente a salvaguardar la moral de Occidente, las primeras en secundarla fueron varios grupos feministas que sostenían que en la pornografía se trataba a la mujer como un objeto y tal. La segunda, contra pronóstico, fue la protagonista de la peli, Linda Lovelace, que, sin un duro en el bolsillo, empezó a denunciar que el rodaje había sido un infierno para ella y que prácticamente la habían violado ante las cámaras (imagínenlo por ejemplo en "Aquí hay tomate"). Paralelamente, el actor principal fue llevado a los tribunales y condenado a cinco años de cárcel por conducta obscena: el primer actor de la historia que ha sido procesado simplemente por interpretar un papel en una película. Y luego, aunque el documental es confuso al respecto, al parecer se metió la mafia por enmedio en la distribución y recaudaciones clandestinas de la peli. Un cristo, en suma, que polarizó a la sociedad yanqui entre los pro-censura y los anti-censura y del que se pueden encontrar fácilmente unos cuantos casos similares en los últimos 30 años (sin ir más lejos, y sin salir de España, "El último tango en París", las emisiones de "Cine de medianoche" en TVE, con "El imperio de los sentidos" e "Interior de un convento" a la cabeza, los desfiles de David Delfín o el de la novela ésta de "Todas putas"). Nada, nada, nada ha cambiado en absoluto, y esa creo que es una de las cosas que se ven más claramente en el documental, incluida la incidencia de la censura amparada en la corrección política.
Si algo ha cambiado, y creo que es lo único, es el concepto del cine porno, que ha derivado de una serie b con pretensiones artísticas ("algo a medio camino entre el arte y el delito", como define Norman Mailer en la mejor frase del documental) a una industria masiva con productos prácticamente en serie. Me quedo con una frase final, que dice el escritor Gore Vidal justo en el momento en que el pollo está en su máximo apogeo: "Si todo el mundo miente, entonces no hay realidad". Valga también como frase del día y como perfecta captación del espíritu de los tiempos en un documental muy recomendable y la mejor reflexión sobre el porno hecha en el cine tras "El escándalo Larry Flynt" (Milos Forman) y "Boogie Nights" (Paul Thomas Anderson)

Canción del día: "Vuelven los problemas" (Ilegales)

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A ver, a ver... no manipulemos. La 'novela ésta' de Todas Putas no es una novela, que es un libro de cuentos. ¡Anda que cómo te pillen Perrault, Andersen y los hermanos Grimm!

3:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

el parte meteorológico de hoy anuncia masturbaciones y felaciones inmorales y pecaminosas para la santa madre iglesia

5:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Frase del día alternativa:

No quiero que el blog se convierta en algo así como "hacer los deberes".

David

6:17 p. m.  
Blogger David said...

A partir del 1 de enero regirá en Barcelona (BCN) una normativa municipal que multará a los que hagan las siguientes cosas en la calle: mear, pedir limosna, ir de putas... y comprar discos de José Luis Perales. Como lo oyen. El tripartito ha decidido multar a las personas que compren productos en el "top manta". Según Joan Clos, alcalde de BCN, se trata de unas medidas necesarias para "garantizar la convivencia". En efecto, no hay más que ver algunas de las actividades proscritas para darse cuenta de que está en juego el futuro de la civilización occidental: exhibir pancartas, limpiar parabrisas y, ojo al dato, hacer acrobacias. Debe ser que hordas de Latin Kings se pasean por BCN haciendo cabriolas (con total impunidad), porque si no, no se entiende. ¿Cómo se explica que sean las fuerzas "progresistas" las que estén detrás de esta puesta al día de la Ley de Vagos y Maleantes? Bien, se trata de un claro caso de "síndrome de Barrionuevo", extraño mal que afecta a la izquierda cuando llega al poder. Observemos la línea de pensamiento que lleva a la locura represiva: "La derecha se equivoca. Nosotros sí sabemos hacer el trabajo sucio. Camaradas: ¡limpiemos las calles de saltimbanquis y fans de Bustamante!".
(De la agenda de Ladinamo, agenda@ladinamo.org)

1:34 a. m.  

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